No quiero pecar de un exceso de optimismo, pero hay algo que me hace pensar que esto se mueve, que la gente empieza a concienciarse de que por este camino no llegamos a ningún sitio.
Los jóvenes son la base de toda transformación de la sociedad, son el motor del cambio, que sin ellos tiene escasas o ninguna posibilidad de producirse. Y los jóvenes de este país parece que empiezan a despertarse y quieren moverse.
Puede que sea la cabeza de un alfiler, de momento, pero quién sabe. Igual es la punta de un iceberg de dimensiones impensables en no mucho tiempo. El caso es que permaneciendo tan quietos como estamos no conseguiremos nada y que hay que empezar en buscar, dadas las circunstancias, formas alternativas de protesta.
Todo arranca con la manifestación por una selectividad más justa y contra su imposición en la Formación Profesional, convocada por la Asociación de Jóvenes Estudiantes de Cataluña (AJEC) y el Sindicato de Estudiantes, el pasado 16 de Febrero en Barcelona.
Ese día los estudiantes hicieron huelga en las aulas y se concentraron en la Plaza Sant Jaume, desde donde más de tres mil personas se manifestaron por la Vía Layetana y acabó con la lectura de un manifiesto en la Plaza del Palau. En esa misma fecha hubo otra protesta en Sevilla también convocada por el Sindicato de Estudiantes.
Los días 22 y 23 de febrero, cerca de mil alumnos de Comunicación Audiovisual y Periodismo de la Universidad Rey Juan Carlos realizaron dos huelgas con sus correspondientes concentraciones contra los recortes académicos y las dificultades que se derivan de ello para que continúen estudiando en la Universidad.
En ambas movilizaciones los estudiantes se animaban a formar comités y movilizarse contra los recortes en educación y en toda la sociedad en general y se animaba a convocar nuevas manifestaciones.
De esta manera ha surgido la convocatoria del la jornada de protesta que se llevará a cabo el próximo 30 de marzo, bajo el lema en defensa de la enseñanza pública en localidades y ciudades por toda la geografía del país.
Los jóvenes aseguran estar hartos de ser calificados como la generación nini y denuncian una campaña des desprestigio y criminalización de la juventud, que los presentan como unos vagos que no quieren ni estudiar, ni trabajar. Razones no les faltan.
Aseguran que la realidad es bien distinta, con cincuenta mil no admitidos este año en FP, el endurecimiento e imposición de la selectividad a los estudiantes de Bachillerato y FP de grado superior, el incremento de un 30% del precio de las matrículas y el intento de penalizar con hasta 15 veces su precio la repetición de una asignatura.
Denuncian la tasa de desempleo juvenil cercana al 50%, son más de 900.000 los jóvenes en paro, los contratos basura, la precariedad y los salarios miserables.
Pretenden coger el testigo de los jóvenes de Gran Bretaña, que se movilizaron contra la brutal subida de las tasas académicas, en Italia contra las contrarreformas educativas del gobierno de Berlusconi, en Francia contra la reforma de las pensiones y por el empleo juvenil y en los países del Magreb y Oriente Próximo, donde la juventud ha sido uno de los artífices principales de las revueltas que han acabado con dictadores de décadas.
Dicen no estar dispuestos a consentir más recortes en la educación pública y en los medios materiales de los institutos, a que una generación entera tenga vetado el acceso a una vivienda digna y a que el ocio que se les ofrezca sea embrutecedor, para luego ser criminalizados por ello.
Las reivindicaciones de la jornada de protesta son:
- En defensa de la enseñanza pública
- No a la selectividad económica y académica para entrar a la universidad
- Por un puesto de trabajo digno al terminar los estudios
- No al paro juvenil
- Basta de regalar dinero público a los banqueros, empresarios y especuladores
Esperemos que tengan el éxito deseado. Ni que decir tiene que allí estaremos nosotros para contarlo.
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