Os dejo aquí dos visiones muy diferentes del asunto WikiLeaks:
“Es el paraíso informativo del Departamento de Estado norteamericano. Todo de lo que siempre quiso convencernos y nunca le hubiéramos creído, ahora aparece milagrosamente en unos papeles que no tenemos opción de cuestionar porque sólo los muchachos del diario El País tienen en su formato original (todo lo que circula por Internet es en bruto, en inglés y ya censurado por el cártel de los cinco medios elegidos por wikileaks).
En un mundo donde toda la información publicada y difundida tiene detrás a una fuente o un grupo de poder interesado, los documentos de wikileaks, como el ordenador de Raúl Reyes, cumplen las condiciones perfectas para convencernos. Al proceder de una fuente original son excepcionalmente valiosos desde el punto de vista informativo. Al estar redactados para su utilización privada son totalmente sinceros. Y el haber sido logrados de una forma poco ortodoxa, arrebatados a sus dueños, les convierten en indiscutiblemente veraces.
Sólo hay un asunto que resulta sospechoso, muy sospechoso: los papeles reveladores siempre dicen lo que el poder quiso que nosotros pensáramos.”
Más en “WikiLeaks, el ordenador de Raúl Reyes global”.
Y la otra en “El cártel de medios”.
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