A Tussam ya se la conoce en Sevilla como el Fundador, porque está como nunca. Y más ahora que se han desatado los nervios y todo se reduce a un simple relación causa efecto. La empresa corre serio peligro de estancarse en un lodazal sin sentido que impide que se pueda prestar el servicio tan importante y decisivo para la ciudadanía que tiene asignado. Ésa es la cruda realidad a la que conduce la nefasta gestión de este individuo.
Prueba del descontrol absoluto y la falta de sentido empresarial y de eficacia que impera en la empresa de transportes urbanos de la ciudad es el hecho de que ayer, como consecuencia de unas declaraciones a la prensa del candidato socialista Juan Espadas en las que criticaba la gestión de la compañía, se convocó a una reunión por la tarde a los directivos, esos que todavía no se han bajado el sueldo millonario que perciben, para tratar a fondo el asunto. Como si no hubieran tenido tiempo hasta ahora para arreglar lo que sea.
Está claro que la desesperación es el peor de los incentivos para dirigir una empresa pública de la que viven más de mil familias y que estos señores sólo se mueven cuando se les toca la faltriquera. Con semejante panda de dirigentes se torna en una misión imposible enderezar el rumbo de una empresa que se precipita por el barranco de la desidia y de la ineptitud.
Bastó que Juan Espadas dijera que "los números que ahora tiene la empresa y que exigen unas subvenciones cuantiosas reflejan que la gestión de Tussam no ha sido la correcta. Ahora hay que elaborar un plan en el que participen todas las partes, desde el Ayuntamiento y la Junta hasta los trabajadores que deberán redefinir su convenio” para que el ínclito Arizaga se pusiera de los nervios y convocara a los suyos a toque de corneta para componer un gabinete de crisis tan inútil como el conjunto de su gestión al frente de la compañía. Ideas, lo que se dice ideas, no es que le sobren.
Y eso que Espadas no sabe todavía lo que está sucediendo en Tussam con el Sistema de Ayuda a la Explotación, encargado de conocer en cada momento la situación en tiempo real de la flota, que se cae más que un cojo sin muletas. O los magníficos resultados que está proporcionado el nuevo sistema informático de gestión, que habrá costado una millonada, y que ha sido el artífice de que los empleados de la administración tengamos que retrotraernos de nuevo al ábaco, el lápiz y la goma de borrar. Todo un símbolo del avance de los tiempos que ha conseguido que tengamos que poner el “modo manual on”, o lo que es lo mismo, tirar de la cuenta de la vieja para intentar cuadrar las operaciones administrativas cotidianas haciendo filigranas contables.
Quizá Arizaga haya solicitado a la pléyade de colaboradores argumentos que justifiquen que, mientras los usuarios esperan pacientes en las paradas hasta llegar a la irremediable conclusión de que lo mejor es coger el vehículo privado, los autobuses se acumulen estacionados en los puntos de relevo por falta de conductores. Si lo consigue, cosa que dudo dado que la oratoria no es su habilidad más notoria, le quedaran aún por explicar otras muchas decisiones incomprensibles que han conseguido tener a la empresa permanentemente en el foco de los medios y no para recibir loas y parabienes precisamente.
Nervios y miedos ante un tiempo que se acaba y el que venga (a lo mejor de la oposición)pasará a exigir cuentas de una gestión que ya ha demostrado su ineficacia. Hay que "maquillar" muchas cosas y "borrar" algunas huellas que delatan el despilfarro y descontrol. Para hartarse de tila. Y el tiempo apremia. Dan
ResponderEliminarDan: es posible que a algunos el tiempo no les dé para tanto.
ResponderEliminarJuan Espadas solo ha corroborado lo que los trabajadores llevamos años diciendo, pero con una declaracion que puede abrir el camino a la pacificacion y posterior reconstruccion de una empresa que ha tenido un papel central en el desarrollo y cohesion de la ciudad, y es que, quizas para sorpresa de esos cerebros que pululan entre la primera y segunda planta de las oficinas, ha hecho una clara mencion a la incorporacion de los trabajadores como elemento necesario para reflotar lo que adolfo y su compañia de subordinados han realizado con una empresa como TUSSAM. Porque no todo va a ser el incremento del trafico privado en la perdida de velocidad comercial, en los años de adolfo como gestor hemos pasado de 14 Km a poco mas de 11 Km, sino a la muy deficiente planificacion de las lineas, donde se da el caso que, a veces, sus recorridos se realizan por zonos urbanos saturadas de trafico, mientras avenidas paralelas, anchas, no son utilizadas, sin contar con las innumerables paradas que estan unas de otras a no mas de 100 metros, algo que obliga a parar y que aumenta, obviamente la velocidad comercial. Nadie con dos sesos de frente diseñaría una linea de metro con paradas a 100 metros. Nadie excepto la pleyade vaticana de TUSSAM y Monteseirin, que expuso una parada de metro en la Plaza del Duque y otra en la Encarnación, son capaces de ello.Es posible que los trabajadores tengamos que redefinir nuestro convenio, pero estoy convencido que cualquier redefinición debe llevar como premisa innegociable que adolfo y sus conmilitones busquen su proyeccion directiva en otras empresas, que por el bien de los trabajadores espero que no encuentren.Si el todavia presidente de la CEOE Diaz Ferran dijo que para salir de la crisis hay que trabajar mas y cobrar menos, seguro que en alusion a los trabajadores mileuristas, es de esperar que nuestros sacerdotes liberales en algun momento del siglo XXI siguan sus proclamas, y empiecen por ellos mismos. Espadas, si gana las elecciones, va a pedir responsabilidades, va a exigir objetivos a todos, y quien no esté de acuerdo se puede tirar al monte y empezar un movimiento de resistencia.A algunos no nos asusta el reto, pues si en esta empresa hemos tenido un 4% de absentismo, hemos llegado a transportar 90 millones de viajeros, hemos tenido la velocidad comercial en 14 Km, hemos tenido una interlocucion en relaciones laborales satisfactoria para ambas partes, demuestra que el problema no son los trabajaodres rebeldes, sino la indolencia de un adolfo que visto su ocaso ya ni llega a su despacho antes de las 9 de la mañana.
ResponderEliminarAnónimo: gracias por tan generosa aportación. Los trabajadores de Tussam hemos demostrado en anteriores ocasiones que somos capaces de asumir grandes compromisos, como muy bien has dicho. Hemos estado a la altura siempre que se nos ha requerido, desde el diálogo y la negociación, pero no somos sumisos y nos negamos a aceptar órdenes totalitarias que sabemos que no llegan a ninguna parte y no logran alcanzar ningún objetivo. Juan Espadas viene con otro talante y es conocedor de buena parte de lo que ha pasado aquí. En sus manos está gestionar esta empresa de manera que tenga futuro y sea imprescindible para los sevillanos y para quienes nos visitan. Si decide hacerlo, los trabajadores estaremos con él con toda seguridad. Esperemos que así sea.
ResponderEliminarCani, a tenor de lo vivido, soy receloso....esperemos.
ResponderEliminarIsi: yo también recelo y, por supuesto, espero.
ResponderEliminar