Descubro hoy a través de Kaosenlared una denuncia hecha mediante este vídeo donde se muestran unas imágenes de la exhumación de la fosa del cementerio de San Rafael, en Málaga.
El vídeo es un documento gráfico espeluznante donde se puede apreciar con claridad la mala delimitación de las fosas, muchas inundadas por la lluvia y el barro sin protección alguna, huesos que sobresalen de las paredes y otros blanquecinos por el sol, el uso de palas excavadoras, operarios que pisotean y fracturan los huesos y medios precarios e insuficientes.
La exhumación ha sido llevada a cabo por una empresa privada constituida al efecto de la que, según informa el portal, uno de sus tres socios es el hijo del director del proyecto, el Decano de la Universidad de Málaga, Sebastián Fernández.
Según se explica en el propio vídeo, esa misma empresa pretende hacerse cargo ahora de la exhumación de los restos de otra fosa existente en Ronda.
Saldar cuentas con la memoria histórica no puede ser un negocio, se necesita más altura de miras para ello. Ese ejercicio de afinar el pasado para saber cuanto ocurrió sin ocultamientos debe iniciarse desde la implacable ecuación del respeto.
Me imagino en la piel de cualquiera de los familiares de los sepultados allí viendo esta escabechina. No creo que nadie sea capaz de remover su dolor y sus recuerdos para contemplar semejante espectáculo y salir indemne.
Para eso, mejor dejarlos como estaban.
El asunto de las fosas comunes levanta aun discusiones entre quienes se sienten "ofendidos" por recuperar lo que ellos creían enterrado para siempre. Falta, además de respeto, sentir deseos de una verdadera reconciliación para culminar lo que la Transición dejó incompleto. El post sobre "La necesidad de la memoria" en Lienzo de Babel podría interesarte al respecto.
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