“La tinta peor gastada en la historia de los periódicos es y ha sido la utilizada para escribir bajo las cabeceras aquello de diario independiente de la mañana. ¿Independiente? No hay un solo periódico en el mundo que lo sea, y es una trampa sucia pretender que se identifique exclusivamente esa presunta independencia con el correspondiente partido político, gobierno o poder económico. Es mentira porque bajo cualquier iniciativa editorial subyace un proyecto, público o no, que le hace depender de objetivos económicos y sociales, los que sean. Entonces, lo que cabe es pedirle al periódico que como mínimo sea honesto y dé a conocer a la sociedad en general y a sus lectores en particular de qué pie cojea.”
Más en “El patrimonio de la credibilidad”.
Cada día es más evidente, si no está ya científicamente demostrado, que la objetividad en los medios no existe. Es un fantasma que nos venden de continuo para colarnos entre los sinuosos pliegues de las sábanas espectrales otras finalidades menos altruistas, llámense influencia, TDT de pago, o demás milongas.
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