“Pero tú decides muchas cosas en tu pequeño o no tan pequeño medio: el tamaño del titular, el tono, la foto, los minutos, la página, la escaleta, la insistencia... Ya, la gente quiere saber, los demás medios lo hacen, los jefes mandan, así es la vida, digo la muerte con la gripe A, cada víctima es noticia, no los ataques al corazón ni el cáncer, ni el tráfico salvo lo que diga el comunicado de la DGT, que ni sumamos los muertos de las ciudades, hombre, ni los que mueren al cabo de unos días, y los heridos y discapacitados no merecen el menor seguimiento. ¿Muere alguien de sida hoy en día? Parece que no, se ha creado más miedo al virus de la gripe (no dar la mano, no besar) que a follar sin condón.
Claro, no tienes mucho margen de maniobra, ni tiempo para comprobar nada. Lo sé bien. Puede que a título personal te parezca que todo esto es una vergüenza, al fin y al cabo el cinismo profesional lo llevamos colgado como una medalla. Tú eres el primero en pensar, incluso en decir en artículos o en el quinto párrafo de las informaciones que la prudencia blablablá, que los laboratorios se forran y el Tamiflú blablablá, que si la gripe aviar, el sars, el ébola y blablablá. Bastante haces con eso, ¿no?
Pues no colega, no es bastante. Qué te voy a decir. Lo sabes perfectamente. El periodismo a veces da asco. Pero no te engañes. A veces, sólo a veces, da asco por lo que haces tú, exactamente tú.”
Más en “El gran circo de la gripe A”.
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