Mi obra literaria

06 diciembre 2008

Rouco, el cardenal protestón

Mis primeros dieciocho años de vida fueron los últimos de la dictadura del general Franco, ese santo varón. El sistema dictatorial no dispuso pues de demasiado tiempo para ensañarse conmigo, aunque alguna que otra escaramuza sí que me tendió.
Se ve que la Iglesia Católica encontraba bastante adecuado el modelo de familia que el régimen implantaba de manera unilateral. Era el espejo donde todos debíamos mirarnos obligatoriamente.
Quizás por ese motivo en aquellos tiempos no se dedicaban a tomar las calles para defender la vigencia de la familia cristiana. Estaba impuesto por decreto y con surtido de hostias incluido para el que no estuviese de acuerdo.
Todo un alarde de tolerancia que premiaban con paseos al dictador bajo bajo lustrosos palios sacros.
Claro que entonces es que eran otros tiempos.

8 comentarios:

  1. Anónimo23:24

    Les queda poco para seguir con el chollo, Jack; por eso están como están.
    ! gen santa ! Como diría Forges.
    Un saludo.

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  2. Anónimo9:05

    A pesar de Estado cofesional y del apoyo casi masivo de la jerarquía catolica a un regimen que basaba su existencia en la represión de las libertades, es justo reconocer estimado Jack, que cientos de curas de base se le jugaban diariamente en barrios obreros dando cobertura en sus templos a un incipiente movimiento obrero que encontraba cierta cobertura en ese sector de la iglesia catolica que luchaba tambien por la restitución de los Derechos, y que defendian con su propia libertad los postulados del Concilio Vaticano II, ese magno evento que tanto dañó y erosionó al regimen franquista.

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  3. Manu: sí, creo sinceramente que el miedo está invadiendo ciertos estratos de la Iglesia, quizás los que más tienen que perder. Como dice anónimo, y con todos mis respetos y reconocimiento, hay ciertos sectores de la Iglesia que siempre han sabido ganarse el respeto y la admiración del pueblo con su trabajo y que además suelen ser los más tolerantes con los demás. Él ha hablado de los curas obreros, o los "curas comunistas" como los llamó Martín Vigil en su libro de igual título, pero hay más. Están los misioneros y misioneras, la gente que trabaja con los excluidos y marginados, etc. Son todo un ejemplo que merecen un reconocimiento por su trabajo y su permanente anonimato. Desde aquí vaya el mío particulas por su esfuerzo y dedicación.
    Al César lo que es del César

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  4. Anónimo12:25

    Rouco esta para lo que ha sido nombrado y lo hace a la perfección. Lo que de verdad se echa en falta es que la izquierda haga lo que deberia hacer. En mi ciudad, Sevilla, todavía se construye un portal de Belen en el propio ayuntamiento, mis concejales de izquierda, salvo una o dos excepciones, salen presidiendo cofradias, no hablo de sus creencias y devoción personales que forman parte de la privacidad, sino que lo hacen en representacion de todos, incluso de los no creyentes, y mientras se les retira al dictador lod titulos de hijo predilecto se mantiene a la advocacion de la virgen de los reyes como patrona de la ciudad, y una cofradia lleva el fajin del asesino Queipo paseandolo por delante de las autoridades democraticas de la ciudad. ¿ Y nos sorprendemos de Rouco?

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  5. Anónimo: quizá sea adecuado aquello de a tales fieles no se merecen otros pastores, jejeje.

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  6. Anónimo12:43

    Toucheé Jack.

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  7. Anónimo13:17

    Cuando hablamos de iglesia es de una iglesia concreta, por supuesto hay gente que como en todo se sale de esos parámetros pero a los que lamentablemente no les dejan jugar ningún papel jerárquico.

    buen post y siempre buen trabajo

    besos

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  8. Anónimo8:30

    Si, y también hay curas que esconden etarras fugitivos en sus iglesias. Hay de todo en la viña del Señor...

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