En este país son pocas las cosas que cambian, por mucho que algunos interesados pretendan hacernos ver que todo ha cambiado para gozo de la ciudadanía.
El que más o el que menos sigue a lo suyo y poco le importa las leyes, las tendencias o la vergüenza torera. El caso es seguir con lo mío, no escuchar a los demás y hacer lo que me venga a gana en todo momento. La ética y la coherencia no son postres para esta cena. Así que para qué perder el tiempo.
Los lavados de cara se quedan en eso, puro maquillaje. Porque cuando vienen maduras recurrimos a los de siempre y santas pascuas, a pesar de que nos hayamos pirado por patas sin importarnos un huevo lo que le ocurra a los demás. Que también el cielo entiende de clases y si no que se lo pregunten a su santidad. Que lo del perdón está muy bien, pero oiga, cada uno en su sitio. A mí que apunten que era yo el que estaba arriba.
En este país, donde la hipocresía campa a sus anchas, no pidan ustedes revisiones de la historia, ni reconciliación nacional. Aquí hubo un vencedor y eso no puede olvidarse jamás. Y además tiene su precio.
País de locos.
Saludos Jack!!
ResponderEliminarEnhorabuena por ser incluido en la lista de los 40 blog imprescindibles. Realmente, el tuyo lo es por derecho. Contigo aprendo sobre buen periodismo.
De locos y de conformistas que es mucho peor...
ResponderEliminarUn abrazo.
Gracias Dani, viendo de ti me llena de orgullo. Un abrazo, compañero.
ResponderEliminarIsa S.B: tenemos que aprender a soñar que es posible, que somos capaces de conseguirlo.
Un abrazo.