En concreto, la nota de prensa emitida por la fuerza sindical hace hincapié en tres líneas de la red de autobuses, donde el porcentaje de paradas sin marquesinas alcanza el 75%.
La línea 30, que da servicio a la barriada de Las Letanías donde en la mayoría de las paradas existe un solitario poste con “una muy escueta información al usuario” y sin ninguna información complementaria sobre las salidas de cabecera.
La línea 31, que da servicio a las Tres Mil viviendas, donde hay paradas que llevan meses sin cristales y en un estado de abandono fácilmente observable.
Y la línea 36-A, que da cobertura a la barriada del Pítamo, junto al cuartel de
UGT denuncia el “deliberado abandono de la Gerencia de TUSSAM hacia una situación que afecta a un sector de la ciudad donde otras administraciones públicas están dedicando grandes recursos económicos para su rehabilitación”.
Hace unos días, Guillermo Gutiérrez, Vicepresidente de TUSSAM, declaró a Europa Press que la culpa de que los autobuses no entraran en las barriadas conflictivas (líneas 30 y 31) era de los sindicatos. No parece que esta forma de conservar las paradas en dichas barriadas demuestre un interés desmedido por parte de la empresa en recuperar el servicio a las mismas, sino más bien todo lo contrario.
Si se quiere mantener la coherencia, lo primero que deberían arreglar, para volver a poner en funcionamiento el servicio en dichos barrios de Sevilla en condiciones de normalidad, son las mentalidades de los directivos de TUSSAM, para los que los ciudadanos que los pueblan parece que siguen siendo ciudadanos de segunda clase.
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