Talibanes y cristianos

Víctor Rodríguez Gago es un periodista que tiene un blog en Hazte oír llamado “Infeliche”.

En ese espacio vierte sus crónicas de pluma afilada y venenosa. Porque Víctor es de esos que también suelen confundir el insulto con la libertad de expresión.

En un post titulado “Otro blog de políticos” se permite hacer afirmaciones como estas (la negrita es mía):

“… super-héroes como esos 30.000 clientes que han conseguido que El Corte Inglés, Seguros Ocaso, Heineken y Fujitsu comprendan que se acabó la barra libre para la dictadura de lo políticamente correcto y que, a partir de ahora, patrocinar ataques a la libertad religiosa no va a seguir saliendo gratis.

Siempre la libertad religiosa de los mismos, la mayoría silenciosa, pacífica e ilustrada de las sociedades abiertas. Nunca hacen sátira de la libertad religiosa de los únicos que la detestan, fanáticos islamistas que intentan convertir Europa en Eurabia) no va a seguir saliendo gratis”.

Y es que Hazte oír se ha convertido en el perenne refugio del talibán cristiano que se piensa que todo el mundo es como él, que vive atenazado por un pánico irrefrenable a lo nuevo, a cualquier cosa que huela a cambio social o político.

Para ellos las sociedades han de estar ancladas en tradiciones atávicas y contraproducentes para el propio ser humano cueste lo que cueste y todo el que no piense como ellos es, sin más, un peligro para la humanidad.

Sin embargo, cuando escarbas bajo la piel aparentemente pétrea de estos nuevos súper héroes del inmovilismo y el fundamentalismo cristiano, de vez en cuando descubres que no son tan divinos como quieren aparentar y que, bajo sus escamas prehistóricas, fluye tibio un caudal de miserias humanas e intereses oscuros.