El despilfarro de la iluminación europea

La Europa del derroche y la opulencia, esa que se protege de la invasión extranjera con tal de no perder su estatus de privilegio, se permite el lujo de despilfarrar energía de forma irresponsable, a pesar de las graves consecuencias para el cambio climático.
Dos tercios de la iluminación europea utiliza tecnología anticuada o deficiente. Si se aplicaran las nuevas tecnologías se evitaría el consumo de 355 millones de barriles de petróleo al año, según Juan Carlos Aguilera, director de eficiencia energética de Philips Iberia.
Los sistemas actuales de eficiencia energética permitirían reducir las emisiones anuales de CO2 en 85 millones de toneladas y se conseguirían ahorros de electricidad equivalentes a 24 millones de euros en la Europa de los 27.
Los principales ahorros se producirían en alumbrado público y doméstico y en oficinas y empresas.
En cuanto a países, España se sitúa como el que menos bombillas de bajo consumo tiene implantadas de los 27, sólo en el 15% de los hogares, a pesar de ahorran hasta el 80% de energía con respecto a las lámparas incandescentes tradicionales.
El uso de las nuevas tecnologías en el alumbrado a escala mundial reduciría el consumo de energía en una cantidad equivalente a la producción de 530 centrales de potencia media, es decir, un ahorro de 106.000 millones de euros al año y la emisión de 555 millones de toneladas menos de CO2.
En España, más vale tarde que nunca, parece ser que ya nos damos por enterados del problema.

Vía Terra