En aquella época, a Dany lo apodaban “el rojo” por su anarquismo radical y su melena pelirroja. Se dedicaba a atacar a las instituciones, que se tambaleaban bajo las fuertes movilizaciones populares, y predicaba con fervor de mesías la revolución en las barricadas parisinas. Hoy, desde el púlpito de líder del bloque ecologista del Parlamento Europeo, subsistiendo a todo tren a costa del sistema que tanto combatió, la vida y el mundo que nos rodea se ven de manera diferente.
En tan complicado periplo quedaron relegados su anarquismo a ultranza y su mítica rebeldía, llegando a afirmar que “aquella rebelión anti autoritaria en toda Europa ha creado una nueva forma de sociedad”. A lo que yo añadiría, sin dudarlo, que dicha nueva forma se sustenta sobre los mismos valores de siempre y que hay problemas endémicos que se arrastran desde entonces sin solución a la vista.
Pero eso no es obstáculo para que, el hoy Dany el rosa, se permita el lujo de marcarle objetivos políticos a las nuevas generaciones y los llame a rebelarse contra la globalización a “protegerse contra una sociedad centrada en el rendimiento, que básicamente sólo ofrece someterse al trabajo o quedarse sin él”.
Es decir, a Dany lo que le gustaría de verdad es que los jóvenes emplearan su tiempo en volver a decorar la jaula, nada de transformar la sociedad para cambiar el mundo, eso ya está obsoleto. Se trata de dar una mano de pintura a las herrumbrosas paredes para que parezcan nuevas. Por eso concluye, “Tenemos otro mundo, otra sociedad”. Y es cierto, porque todo esto me recuerda aquel sabio refrán del pueblo de “los mismos perros con diferentes collares”.
Con un sueldo aproximado de 92.500 euros e integrado en el estrato más alto del sistema político actual, no me extraña que hable de “nuevo mundo y nueva sociedad”. Pero seguro que, desde el punto de vista de un mileurista de hoy, aquella sociedad contra la que él luchó no se diferencia tanto de la que hoy defiende.
Es más, muchos de los que fueron partícipes de aquella rebelión, hoy día no viven de manera tan diferente y probablemente encuentren en el cotidiano existir tantos o más motivos que entonces para realizar otra revuelta. Y estoy seguro que muchos de ellos no comprendieron en su momento, y continúan sin comprenderlo todavía, que el líder de su mítica revolución defendiese a capa y espada los bombardeos de la OTAN contra la antigua Yugoslavia que tantas muertes propiciaron.
1 comentario:
Muy interesante este post.
¿como se convierte un superrojo en un rosachic?.
Que idealísta no se vende al santoeuro?
Es curioso comprobar como algunos donde lanzarón piedras (no solo me refiero a las calles del París del 68) ahora las recogen para su chalecito(o jaulita).
Siempre he sentido una clara sospecha por los fundamentalistas-idealistas-moralistas-etc. istas.
Y causalmente los únicos que se han mantenido honestos con sus principios son los más pudorosos en alardear de ellos.
Y desde luego siempre es sospechoso el anarquista que usa la moral como escalera para llegar a su propio cielo..y desde lo alto del púlpito sermonear a los demás con la biblia de la prepotencia.
besos
por cierto me encanta que te interesen temás tan variados, es divertido.
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