Siempre he estado a favor de las nuevas tecnologías, soy de la opinión que la evolución del ser humano pasa por el uso intensivo de la inteligencia. Sin embargo, a veces nos enfrentamos a tecnologías cuyo uso masificado puede tener unas consecuencias imprevisibles que en un principio somos incapaces de prever. Es en estos casos cuando más se ha de imponer la inteligencia humana y frenar a toda costa dicho uso, al menos hasta que se neutralicen las consecuencias detestables del mismo.
Algo parecido ha ocurrido a groso modo con los biocombustibles. Como sabéis trabajo en una empresa de transportes, por lo que vengo siguiendo la implantación y uso de estos combustibles desde hace tiempo. Al principio se consideró una innovación tecnológica de gran impacto en la lucha contra la contaminación y contra el cambio climático y las empresas más innovadoras y concienciadas ante este problema, mediante el ejercicio de su responsabilidad social, comenzaron a implantarlo adquiriendo vehículos preparados para el uso de este tipo de combustibles. Mi propia empresa tiene una flota considerable de vehículos de tales características.
Con la generalización de su uso y su extensión al vehículo privado, más que atajar un problema, hemos conseguido crear otro de consecuencias imprevisibles. La utilización de cultivos destinados al consumo humano para la obtención de biocarburantes está ocasionando un problema de índole mundial de cuya solución depende la calidad de vida de millones de personas y la estabilidad política y social de muchos países no desarrollados.
Donde hay negocio subyace siempre la especulación como lastre inevitable y eso está ocurriendo ya en los mercados de alimentos básicos, como ha denunciado públicamente Jean Ziegler, portavoz especial de Naciones Unidas para el Derecho a la Alimentación.
El riesgo de una hambruna a nivel planetario como consecuencia del encarecimiento de los productos básicos es inminente, hasta tal punto que Ziegler ha calificado la producción masiva de biocombustibles como “delito contra la humanidad”.
También el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM) han alertado sobre la necesidad de tomar medidas urgentes que paralicen la subida del precio de los alimentos. Si no se hace se agravaría la pobreza de 100 millones de personas y se “pondría en juego” la estabilidad política de muchos países.
Sólo resaltar que en los dos últimos meses el arroz ha subido hasta un 75% y el trigo hasta un 120% con respecto al año anterior. Los precios de los alimentos han aumentado un 83% en los últimos tres años.
Es de desear que la inteligencia humana se imponga y que se impida que, para paliar un problema, se cree otro de envergadura similar y consecuencias devastadoras.
Vía ElPaís.com
14 abril 2008
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2 comentarios:
"la evolución del ser humano pasa por el uso intensivo de la inteligencia" Ya!
El resto del post demuestra la inteligente evolución del hombre hacia el hambre.........y........ me pregunto donde esta la inteligencia humana?
personalmente por mucho que la busco solo encuentro pedazos esperanzadoes (ejem. este blog)
un beso
Esperemos que vaya floreciendo, aunque sea poco a poco, sinsol.
Si no, mejor ni imaginarlo.
Un saludo.
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