Defender “toda” la alegría

“Defender la alegría” es el pegadizo estribillo de la canción que han compuesto y distribuido los miembros de la Plataforma de Apoyo a Zapatero (PAZ), un grupo de intelectuales y artistas que son afines al PSOE de cara a las próximas elecciones generales. Según el PAZ, entre los que encuentran personalidades del mundo de la cultura como José Saramago, Miguel Bosé, Ana Belén, Joan Manuel Serrat, Joaquín Sabina y Víctor Manuel y muchos más, lo hacen porque, explican en su manifiesto, Zapatero cumplió su palabra “de retirar a las tropas españolas de Irak”, “ha recuperado una política internacional basada en la cooperación, el multilateralismo y la defensa de los derechos humanos” y “ha acompañado los logros de la política económica con la mejora del bienestar de toda la ciudadanía… y ha promovido la ampliación de derechos civiles más importantes de nuestra historia reciente”.

Sin dejar de reconocer que no les falta razón en bastante de lo que dicen, sí es cierto que eso sólo representa parte de la alegría, pero no es la alegría completa, o al menos no la de todos.

Conviene recordarle a Zapatero, si es que consigue la victoria el próximo día 9 de marzo, que aún seguimos siendo fieles aliados de los Estados Unidos en su “guerra global contra el terrorismo”, que no se le olvide que se ha incrementado el número de soldados españoles en Afganistán, que seguimos manteniendo tropas en El Líbano y que continuamos colaborando con los servicios secretos americanos en la formación de militares, policías y diplomáticos en Irak. Todo ello bajo el manto de supuestas “misiones de paz” que albergan serias dudas ante cualquier análisis serio.

Además hay que añadir la asignatura pendiente del costo de las viviendas, el hecho de que el salario medio real de los trabajadores haya disminuido drásticamente, mientras los bancos y multinacionales españolas batían récords de beneficios, y que el Estado español continúa teniendo el gasto social más bajo de todos los países de la Unión Europea.

En el problema de la inmigración no basta con negar la ilegitimidad del contrato propuesto por Rajoy, porque España continúa siendo el número 15 de los 28 países posibles dentro de la UE en el terreno de la integración favorable de los inmigrantes, tal y como puso de manifiesto hace pocas fechas el informe elaborado por el British Council y el Migration Policy Group, destapando las carencias que padecemos en el terreno de la lucha contra el racismo y la discriminación laboral.

Me considero un ardiente y fragoroso defensor de la alegría, pero si no es la de todos, la mía comienza a serlo entonces un poco menos.