Es un buen precepto para un mandatario comenzar cumpliendo la palabra dada. Y al alcalde de Sevilla, Juan Ignacio Zoido, la ha faltado tiempo para hacerlo en el conflicto de los trabajadores eventuales en paro de Tussam.
Primero, cuando fue a visitarlos a la acampada de Plaza Nueva nada más ser elegido nuevo alcalde de la ciudad y los convenció de que se fueran a casa con sus familias, que él se encargaría personalmente de resolver el problema. Fue todo un gesto para con quienes llevaban padeciendo la ignominia durante casi dos meses y en el período de fiestas más señaladas de la ciudad.
Y ahora, al ampliar algunas líneas en una época de baja demanda y permitir la renovación de los contratos de 12 de ellos y la incorporación de otros 15, además de comprometerse a incrementar la red de carriles bus para aumentar la velocidad comercial de la flota. Es una medida que le honra, máxime cuando la formación ganadora de las últimas elecciones municipales todavía no ha desembarcado de lleno en la empresa.
Todavía quedan bastantes promesas por cumplir en el seno de la empresa municipal de transportes urbanos de Sevilla, entre otras poner al frente de la empresa a verdaderos profesionales que apuesten por su vialidad y sostenibilidad y elaborar, en conjunción con los sindicatos con representatividad en la compañía, un plan de viabilidad que otorgue futuro y esperanzas a toda una plantilla. Un camino largo y no exento de dificultades.
El comienzo, sin embargo, no ha podido ser mejor. Si Juan Ignacio Zoido apuesta por esta senda de diálogo y sentido común, tendrá muchas voluntades ganadas en el seno de una compañía cuyo funcionamiento se antoja fundamental para el buen discurrir de la ciudad en los próximos años, dados los graves problemas financieros a los que se enfrenta la construcción de la red completa de metro.
Estoy seguro que ahí tendrá el empuje de un capital humano formidable, comprometido al cien por cien con el futuro de la base del sustento de sus familias. Serán la ciudad y los sevillanos los beneficiarios directos de tan necesaria transformación.
Al César, siempre lo que es del César.
4 comentarios:
Gregorio, ten en cuenta que Julio no es un mes con una caída de viajeros tan elevada que justificase el recorte tan brutal que la dirección técnica viene haciendo desde hace años, cualquier conductor y usuario sabe lo mal que se pasa en el mes de julio con el autobús.
Ten también en cuenta que en 2009, con las mismas condiciones contractuales y laborales que actualmente tenemos, estuvieron trabajando en el verano la totalidad de los compañeros eventuales.
Esto quiere decir que en ese año, con el servicio pésimo habitual de julio, estaban todos currando y si lo que se pretende es mejorar la calidad ¿que justificación hay para no contratarlos a todos? es evidente que el mayor condicionante para ello es el tema económico y el Sr. Zoido ya nos dijo a los sindicatos que tenían planificado el asunto...ilusionados pero cautos.
ASC: ya se que Agosto es peor, pero es osado hacerlo en un mes como Julio, a pesar de todo. Es un gesto de valentía. Lo demás ya vendrá, pero de momento chapó. La palabra hay que cumplirla y él lo ha hecho.
Muy interesante el artículo; hace poco que visito el blog y la verdad es que se sacan buenas aportaciones de los post.
lecturayescritura: me alegro que el blog te sea de utilidad. Es su primera finalidad.
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