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22 agosto 2010

La onerosa nostalgia de Fran Fernández

Cada día es más latente el permanente problema en que se está convirtiendo del Delegado de Movilidad, Fran Fernández. Aparte de su inmemorial torpeza para la gestión municipal, Fernández anda dando tumbos por la política municipal desorientado y casi perdido.

No hay en todo el consistorio nadie que haya provocado más quebraderos de cabeza al alcalde y, por ende, a los sevillanos. Porque este hombre, que parece tocado por un gafe inmortal, no hay asunto que, una vez pasado por sus manos, no termine en controversia, cuando no en rotundo fracaso. Ejemplos hay a docenas para ilustrar esta aseveración.

Dado que la palabra dimisión no figura en su diccionario al uso y que los proyectos que gestiona o no terminan o lo hacen de una manera que mejor ni se hubiesen empezado, ¿qué es lo que le queda por hacer a este concejal hasta las próximas elecciones municipales?

La respuesta es bien sencilla: despejar la incógnita sobre su futuro, aunque para ello tenga que poner zancadillas al hasta ahora su mentor, el propio alcalde. Ya se sabe que esto de la fidelidad, en los partidos políticos, está íntimamente ligada a los intereses personales y se rompe con la misma facilidad con que se jura cuando los vientos soplan desde otro lugar.

Como augura Carlos Mármol en su artículo “Melancolía del tiempo circular” en Diario de Sevilla, se avecinan tiempos de cambio en la política municipal. Con la llegada del nuevo curso político en septiembre, se espera la irrupción definitiva del candidato Espadas en los asuntos de relevancia del municipio. El compaginar esta tarea con el día a día de una institución encabezada por un alcalde que ya casi no está no va a ser tarea fácil.

Es ahí donde Fernández tratará de jugar sus cartas, porque buena parte de su salida pasa por una docilidad a los nuevos aires que ventearán la política municipal en el curso próximo a comenzar. Ya se sabe, aquello de que si eres bueno, al final tendrás el caramelito.

Como apunta con acierto Carlos Mármol, Fernández, “hombre de confianza del alcalde, ha discrepado con él sobre las virtudes de las elecciones primarias que ha defendido -a destiempo- Monteseirín. Fernández es uno de los que se resisten a sumarse -de momento- al rosario de despedidas que empiezan a intensificarse en el entorno del alcalde. Acaso porque, como secretario general de la agrupación Cerro-Amate del PSOE, intenta, como tantos otros militantes críticos, gestionar su propia transición para que la mayoría oficialista sea piadosa y, aunque no le deje repetir como concejal, le busque cierto acomodo. Un retiro holgado en el que poder dedicarse a la nostalgia. Es lo mismo que quiere el alcalde.”

Lo malo es lo cara que todavía puede salir la nostalgia a nueve meses vista de los comicios municipales.



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