La tragedia ocurrida ayer en las Tres mil viviendas es un ejemplo claro de por qué los trabajadores de TUSSAM somos reticentes a entrar en ciertas partes de la barriada. Sólo queremos ganarnos un salario para sacar la familia adelante, no jugarnos la vida tras doblar cada esquina. Parece ser que la desgracia se ha cebado ultimamente con la ciudad.
En otro orden de cosas, a pesar de lo acertado del carril bici, por lo visto no es suficiente para bajar la contaminación atmosférica de la ciudad. Ahora se suma a la inauguración del Metro la iniciativa pionera del coche eléctrico. El transporte sostenible, si es con música mejor, es una apuesta certera, aunque sus resultados no se noten a tan corto plazo y a veces traiga complicaciones añadidas. Todo sea por respirar un aire más sano.
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