Entregarle el poder de la nación a un tipo involucrado en casos de abusos y tráficos de influencias, un presunto corrupto que ahora ha hecho del fichaje de gitanos, por el mero hecho de serlo, el deporte nacional es ya algo preocupante.
Un machista empedernido, un faltón que demuestra cada vez que puede un nulo respeto a los valores democráticos y los derechos humanos y que ahora se ha fabricado una ley a su medida para eludir la acción de la justicia en los diferentes frentes que tiene abiertos.
Parafraseando a Astérix y Obélix en aquellas inolvidables historietas de galos y romanos:
Están locos estos italianos.
04 julio 2008
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