A lo que se ve, la iniciativa propia es algo que escasea cada vez más en
el Partido Popular. La falta de originalidad política y la repetición como un mantra de las
consignas recibidas desde Génova son el termómetro que marca la agenda popular y
consigue que sean tan predecibles.
El alcalde de Sevilla, Juan Ignacio Zoido, ha firmado
hoy un bando a lo Botella. Ha pedido a los sevillanos celebrar la
proclamación de Felipe VI como rey de España mediante un testimonio "una
vez más, de su respeto, adhesión y afecto a la monarquía". Zoido, a falta
de programa político, ya no sabe qué hacer para estrechar lazos con Madrid. Ahora resulta que la monarquía ha pasado a ser algo así como la selección española. Hay que celebrar sus victorias con banderolas pendiendo de los balcones y retratos ornando las paredes, aunque en este caso el triunfo se produzca sin oponente.
Ante el desperdicio de tres años de gobierno prácticamente
sin resultados, Juan Ignacio se aferra a la capital como tabla salvadora de su
falta de gestión. Quien primero le dio la patada es a quien ahora encomienda la
llegada del maná salvador. Las vueltas que da la vida.
La justificación del bando no puede ser más patética;
"por la circunstancia excepcional y única en democracia que la ciudad sea
protagonista y sea participe de la proclamación de Felipe VI como nuevo rey en
el marco de la monarquía constitucional". Quienes proclaman contra viento y marea que el debate de la forma de Estado no es hoy lo que más preocupa a la ciudadanía, son los que más esfuerzos empeñan para que monopolice el primer plano de la actualidad.
Añade que el nuevo rey, por su "preparación",
representa los valores de "modernidad, vanguardia, cercanía y ejemplo
de una nueva generación de españoles nacidos en democracia". Lástima que
Zoido, tan poco dado a hacer bandos memorables, no haya encontrado en la
paupérrima situación de la ciudad que regenta y de quienes en ella moran otro
tipo de circunstancias tan excepcionales o más como para desengrasar su pluma.
En el apartado del peloteo institucional, el alcalde, que no se iba a quedar corto, se
descoyunta en loas al "histórico y gran acontecimiento" que se inicia
“con madurez democrática e ilusiones renovadas" y que —cómo no— supondrá
un "impulso para alcanzar unidos grandes cotas de crecimiento y bienestar
social para todo el pueblo español". Encima, por lo bajini le endiña al
recién llegado toda la responsabilidad de conseguir justamente lo que él no ha
sido capaz de hacer en lo que a la capital hispalense se refiere en estos tres años y
que es para lo que lo eligieron.
Ya se sabe que Zoido es mucho de trampantojo. Eso de
disfrazar la realidad con ropajes carnavalescos le va que ni de perilla. Lo que
no deja de resultar curioso es que Zoido se preocupe tanto de la llegada de uno
sólo, cuando son miles los que bajo su manto gubernamental se exilian de la
ciudad que dirige para intentar escapar de la pobreza y la miseria que la
asolan.
1 comentario:
Es un acontecimiento al que todos los políticos quieren sacar Partido Electoral...
Saludos
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