Cuando lo que impera es el sentido común, justo es reconocerlo.
Las cofradías de Sevilla han optado, en una decisión empapada de inteligencia, por no exteriorizar protesta alguna durante los desfiles procesionales contra la ley del aborto. Ya me extrañaba a mí que el mundo cofrade sevillano, experto donde los haya y con verdadera consciencia de lo que significa la semana de pasión en Sevilla, se expusiera a tirar todo su prestigio y universalidad por la borda entrando en una guerra que no tniene sentido alguno.
Sabiamente han optado por esforzarse en la formación y el en rezo, que para eso son creyentes.
El mejor antídoto existente contra el aborto es precisamente la educación, algo que se olvida con demasiada frecuencia. Porque sólo una educación sexual adecuada es capaz de conseguir que la realidad que hace necesario el aborto deje de ser tal. Mientras esto no sea así, y aún entonces, hay que respetar la decisión de la mujeres, que a fin de cuentas son quienes lo padecen en primer órden.
Al César lo que es del César.
22 marzo 2009
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10 comentarios:
Felicidades, Jack! Ojalá la mitad de los que han hablado del tema lo hubieran hecho con la misma delicadeza e imparcialidad con que lo has hecho tú. ¡Da gusto leer este blog!
Gracias Pablo, lo que es es y no hay que darle más vueltas.
Realmente un placer leer este Blog. En un 100% de acuerdo con vos... claro que el problema es que entre medio de sermones, lecturas bíblicas y muuuuuucho latín, se olvidaron de una cuestión primaria educar a la mismísima Iglesia exfoliando la ignorancia de sus supremos sacerdotes.
Rosana: esa ignorancia a la que te refieres es, desgraciadamente, mucho más difícil de combatir, como todo integrismo que se precie.
Perdone usted, pero no entiendo nada. ¿Qué artículo es el correcto, éste o el que escribió hace unos días sobre los talibanes de la Iglesia? La contradicción es manifiesta. Léalos de forma objetiva y dígame si estoy en lo cierto. Como ve, no entro ni salgo en sus razones, que las tiene y muy bien fundamentadas. Pero uno y otro comentario son contradictorios entre sí. Lo cual tampoco es bueno ni malo...
Anónimo: Pues yo no veo contradicción alguna, lo siento. Critico a unas hermandades talibanes que se dejan utilizar como instrumento político y utilizan el espacio público de todos para tal fin y alabo a otras hermandades que optan por canalizar su protesta, legítima por cierto, por otra vía que no es haciendo uso de un privilegio que tienen por tradición.
¿Qué parte es la que usted no comprende?
¿Por qué utiliza la palabra talibán para definir a una hermandad de penitencia? ¿Es una hipérbole? Como licencia literaria lo comprendería. No entiendo nada, y eso que me gusta mucho este último post. El anterior lo veo un punto hiriente sin necesidad, créame si le digo que es mi visión. No creo qeu con esas descalificiones se llegue a ninguna parte. Eso es como culpar a un socialista de los crímenes de Stalin: algo completamente injusto. En cuanto al uso del espacio público, ¿no lo ultilizan los sindicatos o los partidos políticos, los artistas y las asociaciones de vecinos? Entiendo que no esté de acuerdo con las cofradías, pero deje que se expresen. Es su derecho, ¿no cree?
Anónimo: para mí, talibán es quien hace de sus creencias dogma de fe, usted debe saber algo de eso. Talibán es integrismo, es no saber escuchar al otro, es estar conmigo o contra mí, tan alardeado por la Iglesia católica en tantas ocasiones. Tal vez sea un punto hieriente el post, no se lo voy a negar, pero permítame que le diga que en los tiempos que corren son más hirientes ciertas posturas anquilosadas y, sobre todo, que ignoran por completo las necesidades reales de la gente. Mire, no tengo nada en contra de las cofradías, hasta yo mismo voy a verlas, me parecen una manifestación popular más, tan digna y tan legítima como otra cualquiera y a pesar de que no todas las convicciones religiosas gozan de las mismas oportunidades. ¿Supongo que estará usted a favor de la igualdad de oportunidades, como Cristo?. Y disculpe que le diga que el bagaje histórico está para algo, no me venga con peroratas demagógicas por favor, no a estas horas. El socialismo y otras corrientes del pensamiento muy diferentes no han tardado más de cuatrocientos años en reconocer errores que la ciencia se ha encargado de tirar por tierra. La Iglesia, tal vez por desgracia, sí. Y mire, no compare. La utilización del espacio público por todos esos colectivos que menciona está regulada por ley, necesita de unos permisos y autorizaciones, etc. ¿Me quiere decir cuántos permisos han pedido las ciento y una banda de música procesional que ensayan a cualquier ora en cualquir plaza de parque?, ¿Es a eso a lo que se refiere? Y no hablemos de porcentajes, ni de ensayos, ni de otras cosas similares.
La semana santa es una manifestación popular, hasta ahí de acuerdo, y respetable, me imagino que como todas, pero si van a utilizarla como instrumento político y como protesta contra una medida del gobierno, pues que utilicen el mismo procedimiento que los demás y aprovecharse de unos festejos populares, que por cierto, cuentan con enormes cantidades de dinero público en subvenciones ¿Se le ha olvidado?. Que pidan una manifestación como cualquiera, que salgan a la calle dando la cara y digan lo que piensan, no escondidos tras unos capirotes que les tapan el rostro como un miembro cualquiera del KKK. Este no es el caso. Están en su derecho a decir lo que piensan, eso no da miedo a nadie, pero que lo hagan como los demás, ni más ni menos. ¿Por qué coño os cuesta tanto soltar los privilegios? Eso no es lo que predicaba vuestro mesías, acordaos de los mercaderes del templo. Por qué tienen tanto miedo a que los demás sepan qué es lo que en realidad piensan. No lo entiendo. Creo que quien se debería de explicar es usted.
Soy agnóstico. No hago vida de Iglesia. Estoy casado por lo civil. Pero me dan miedo -dejémoslo ahí- las actitudes de intolerancia. Vengan de donde vengan, de la Iglesia o de los anticlericales. Con esto ya se explica todo. O eso creo, ya que no estoy en posesión de la verdad absoluta.
Anónimo: Pues entonces, ya somos dos. Y no creo que te resulte complicado entender que haya actitudes en la Iglesia que son del todo criticables e incluso reprobables y otras, por el contrario, que merecen ser resaltadas. Punto y aparte.
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