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28 noviembre 2008

Se rompe el estereotipo: el nuevo sin techo


El perfil de las personas sin hogar está sufriendo la misma evolución que la realidad cotidiana, con la misma sangre fría, con la misma implacabilidad.

Según publica la revista Consumer Eroski, la edad media actual del sin techo se sitúa en los 38 años (82,7%) y casi el 30% tiene edades comprendidas entre los 18 y 29 años.

El estudio “¿Quién duerme en la calle?”, realizado por la Fundació Caixa Catalunya en 2008, revela que la mayoría de las personas sin hogar son hombres extranjeros de 41 años y un 30% de ellos son jóvenes menores de 30, mientras las personas mayores de 65 apenas alcanzan el 3%.

Curiosamente, contradiciendo lo estereotipado, un tercio de los sin techo son abstemios y nunca han consumido drogas. La mitad de ellos busca trabajo y casi el 64% ha terminado la educación secundaria. El nivel de sus ingresos apenas roza los 300 euros al mes y el 27,3% consigue dinero a través de una actividad relacionada con los servicios, la venta de objetos u otro trabajo.

A pesar de que la crisis económica ha agudizado el problema del paro como causa determinante en la exclusión social, a él se unen los casos de desahucio y realojo, jóvenes que abandonan centros de acogida o el hogar familiar sin los recursos adecuados, personas que salen de prisión, rupturas de proyectos familiares y otras dificultades.

Cada noche duermen en la calle unas 30.000 personas sin hogar que carece de ayudas económicas o sus ingresos son insuficientes para afrontar el pago de una hipoteca o alquiler. A ellas hay que sumarles el casi millón y medio de personas residen en infraviviendas.

Pero la conclusión más determinante es que, tras la frialdad matemática de estos datos, se vislumbra la realidad incuestionable de que cualquiera es vulnerable ante una circunstancia adversa de la vida o cuando se carece de los apoyos necesarios.

O, dicho de otra manera, va siendo hora de que tengas en cuenta aquello de que cuando las barbas de tu vecino veas cortar, pon las tuyas a remojar.

4 comentarios:

macias.garcia.daniel@gmail.com dijo...

Con todos mis respetos a estos señores estadísticos de Erosky, no termino de creerme sus número y mucho menos eso de que un tercio de los indigentes no han probado la droga.

Gregorio Verdugo dijo...

Pues te aseguro, daniel que así lo explican. Y la funcaión esa no tiene mal prestigio.

Anónimo dijo...

Yo no solo me lo creo sino que me parece que en los últimos años ha aumentado en niveles alarmantes la gente que se sitúa en el umbral de pobreza en nuestro país.

Quizá sería bueno gastar menos dinero público en algunas cosas prescindibles y estúpidas e incrementar las ayudas sociales.

La riqueza de un país se debería medir por la carencia de pobreza.

Un beso

Gregorio Verdugo dijo...

Sinsol, me quedo con tu última frase. Es genial.