cabecera_tipográfica_trans

07 octubre 2015

Los hechos del ataque al hospital de Kunduz

Fotografía: MSF.


Eran las 2:08 de la madrugada del pasado sábado e de octubre en Kunduz, Afganistán. A esa hora, el hospital de urgencia y trauma de la organización médico humanitaria Médicos Sin Fronteras recibía un bombardeo aéreo que se repetiría cada quince minutos y no cesaría hasta las 3:15 de la mañana. 

La organización médico humanitaria ha emitido un comunicado informando cómo transcurrieron los hechos durante esa noche aciaga. En el edificio principal se encontraban las unidades de cuidados intensivos, urgencias y fisioterapia, que fueron bombardeadas con precisión y de forma reiterada en cada uno de los ataques. El resto de las edificaciones permaneció intacto.

El balance final de la acción bélica se saldo con 22 muertos; 12 trabajadores humanitarios de MSF y 10 pacientes del hospital, entre ellos tres niños. Otras 37 personas resultaron heridas, 19 de ellas también de los equipos médicos.

Desde que el 28 de septiembre el conflicto llegase a Kunduz, los equipos de Médicos Sin Fronteras habían tratado a 394 heridos. En el momento en que se produjo el ataque había en sus instalaciones 105 pacientes y más de 80 trabajadores internacionales y nacionales de dicha organización. No había en ese momento combatientes armados dentro del hospital ni se estaba produciendo ningún combate en el complejo.

El hospital de Kunduz estaba completamente funcional, repleto de personal y de pacientes, a pleno rendimiento. Los bombardeos se llevaron a cabo a pesar de que la organización médico humanitaria informó de las coordenadas GPS del hospital tanto al ejército afgano como a las autoridades civiles el 29 de septiembre, tres días antes. A pesar de que MSF informó a los oficiales militares de los Estados Unidos y Afganistán de que su hospital estaba siendo bombardeado, el ataque se prolongó durante más de media hora después. Médicos Sin Fronteras instaló un quirófano de emergencia en una de las salas que no había sufrido desperfectos para tratar de poner a salvo a los pacientes y compañeros heridos e intentar salvar sus vidas.

La infraestructura sanitaria de Kunduz era la única de envergadura en el noroeste de Afganistán que ofrecía tratamiento de emergencia y de trauma de calidad. Tan solo en 2014, atendió a más de 22.000 pacientes y realizó casi 6.000 intervenciones quirúrgicas. Tras los ataques recibidos se encuentra destruido parcialmente y no está operativo, por lo que miles de personas se quedarán sin acceso cuidados médicos de emergencia cuando más los necesitan. 

Médicos Sin Fronteras ha exigido una investigación independiente a través de la Comisión Internacional Humanitaria de Encuesta (CIHE), para que esclarezca la secuencia de hechos del ataque. La CIHE no forma parte de las Naciones Unidas; fue creada en 1991 a través del artículo 90 del Protocolo Adicional 1, de las Convenciones de Ginebra, que regulan las leyes de la guerra. Dicha Comisión se estableció para este supuesto: investigar de forma independiente las violaciones del Derecho Humanitario como los ataques a hospitales, que están protegidos en zonas en conflicto.

1 comentario:

Mark de Zabaleta dijo...

Intolerable...

Saludos