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05 agosto 2015

Participa Sevilla se lía con la transparencia

Participa Sevilla tiene serios problemas con uno de los pilares básicos del movimiento político-social que emanó de las protestas del 15M: la Red. Porque el universo virtual para difundir información y hacerla viral está muy bien, pero cuando se trata de utilizarlo como herramienta de participación activa y para demostrar transparencia, eso es ya harina de otro costal. 

El potencial de Internet como mecanismo para involucrar a los ciudadanos en las decisiones que afectan a todos es de sobras conocido. Pero además tiene un extra con el que pocos cuentan: es un espejo extraordinario para hacer visibles las carencias y los incumplimientos. La Red ha propiciado que términos como hemeroteca y seguimiento adquieran un significado hasta hace poco inimaginable.

Participa Sevilla recoge en su modelo organizativo la inclusión de mecanismos telemáticos en la toma de decisiones. Hasta aparece la figura de la asamblea virtual. Lo que ocurre es que luego no la practican por sistema o, lo que es peor, sólo la ponen en marcha en determinados temas menores. Lo que impera es la asamblea presencial; algo que con demasiada frecuencia suele acabar convertida en una reunión de amigotes donde el alcanzar el quórum necesario para hacer vinculantes las decisiones se celebra como una victoria en la final de la Champions League.

Para apostar por la transparencia primero hay que practicarla, convertirla en el estandarte de un modelo de gestión cuya novedad principal radica en que pocas formaciones políticas lo ponen en marcha a pleno rendimiento. Si me apuran, ninguna. Pero además, practicar la transparencia cuando uno se define como “asambleario y participativo” significa que todas las decisiones adoptadas han de estar respaldadas por un acuerdo de la asamblea u órgano en el que ésta delegue y que dichos acuerdos, así como los datos que corroboren su adecuación a las normas, han de estar a entera disposición de cualquiera que los quiera consultar. Para eso es muy útil la Red. Y para eso es, precisamente, para lo que Participa Sevilla la ignora. 

Sólo hace falta dar una vuelta por la web de la formación municipalista para comprobarlo. Para empezar, no existe ningún apartado donde se pueda consultar el número de inscritos en cada momento. Ese dato es básico para determinar el quórum necesario para que las decisiones de las asambleas sean vinculantes o no (el 5% en las presenciales y el 15% en las virtuales). Ningún ciudadano que quiera verificar por sus propios medios la adecuación con respecto a las normas que se han autoimpuesto puede hacerlo. 

No es el único caso de una falta de información que roza el oscurantismo. Las actas de las asambleas no aparecen o tardan demasiado en colgarse, en lo que aparenta un modo de actuar basado en las premisas de los hechos consumados. En julio se celebró una asamblea en la sede de la Diputación de Sevilla a la que asistieron 62 personas. Al considerarse con quórum suficiente para las decisiones que se tomaron se supone que el censo de inscritos en ese momento debía ser 1.240. Nadie pudo corroborar ese dato, aunque fuentes oficiales de la formación lo situaron alrededor de unos 1.300. 

En dicha asamblea se acordó por votación que la representación en las empresas municipales la ostentarían provisionalmente los tres concejales hasta que en otra posterior se nombrasen los definitivos. A los pocos días se hicieron públicos los nombres de los elegidos, que no eran los tres concejales. No hubo asamblea de por medio. Todavía se desconoce qué órgano ha decidido dichos nombramientos, ni si estaba capacitado para ello. Una información relevante que tampoco está disponible en la web.

El proceso de selección para la contratación del personal de apoyo al Grupo Municipal también se trató en dicha asamblea. Se acordó que los seleccionados para cada puesto por la comisión de selección tendrían que ser ratificados uno a uno mediante procedimiento de votación telemática donde se pudiera efectuar la emisión de veto razonado. Ese plebiscito se llevó a cabo hace semanas, pero todavía no se ha publicado el resultado de la votación en la web. Por lo que no se sabe qué personal ha sido elegido, si ha habido algún veto o no y, en definitiva, si el personal ya ha sido contratado o, por el contrario, el procedimiento está aún inconcluso. Eso sí, algunos ya están trabajando.

Con anterioridad al pleno de finales de julio del Ayuntamiento de Sevilla se celebró otra asamblea para decidir el posicionamiento del grupo municipal en los asuntos que se iban a tratar. Según las manifestaciones que la portavoz, Susana Serrano, realizó en una entrevista concedida a Diario de Sevilla, la reunión contó con 50 asistentes. Si tal plenario aceptó esa asistencia como quórum, significaría que el número de inscritos estaría en esos momentos en 1.000. Por lo que no es nada descabellado deducir o que las decisiones que se tomaron no son vinculantes por falta de quórum y se debería haber convocado una asamblea virtual para ratificarlas —hecho que aún no se ha producido— o que Participa Sevilla está perdiendo inscritos a pasos agigantados. Como es fácil imaginar, tampoco es posible consultar las actas de dicha asamblea en la web.

De la misma manera, decisiones como a quién se donan los excedentes de los sueldos y otras parecidas o el estado de las cuentas de la formación política son imposibles de rastrear por cualquiera de los inscritos por vía telemática. Hecho que se contradice bastante con buena parte de los artículos tanto del código ético como del modelo organizativo, en los que se establece un papel de relevancia a la utilización de las herramientas que proporciona Internet para el ejercicio de la labor de control de sus representantes por parte de los ciudadanos.

Susana Serrano se ha quejado en otra entrevista concedida al diario El Mundo de “la crítica tan dura de la que somos objeto desde sectores de la izquierda”. Se sorprende de que “gente afín a nosotros” se muestre “muy exigente y con mucha dureza”. Se supone que los han votado para que no caigan en los mismos vicios de quienes tanto critican. Lo sorprendente es que cuando ahora les aplican la misma medicina que ellos han aplicado con anterioridad a los demás se encuentren molestos. Igual es la falta de práctica, pero son defectos que de no subsanarlos corren el peligro de convertirse en hábitos.

3 comentarios:

Leo dijo...

Toda crítica es positiva, porque te ayuda a mejorar, por ello quiero destacar el tono tan inapropiado que se ha empleado en la consulta para ratificar a los asesores contratados por el grupo municipal a la que el autor se refiere como plebiscito, en la esperanza de que pueda corregirse en futuras consultas.
En primer lugar, no se pedía a los votantes si deseaban ratificar la decisión tomada por no sabemos quién, sino que se les preguntaba si querían "vetar" a alguno de los contratados. Creo que cualquier persona entiende que hay una gran distancia entre no ratificar la decisión de escoger a determinada persona y vetarla, como si la considerases indigna.
Si a pesar de este contratiempo seguías oponiéndote debías justificar el motivo de tu oposición y te avisaban de que tu voto no era secreto, sino que quedarían registrados tus datos y que tu veto sería puesto en conocimiento de la persona vetada y podrían pedirte explicaciones.
Aparte de saltarse un par de leyes, opino que la intimidación no casa demasiado bien con la democracia y la participación.

Anónimo dijo...

Leo, tu con tal de meter cizaña hasta eres capaz de propagar una mentira. Y precisamente tu, fiel defensor de otras decisiones cocinadas en un grupito.....ya me entiendes. Saludos.

Mark de Zabaleta dijo...

Una interesante información....