El activista omaní de los derechos humanos Saeed Jaddad, se encuentra recluido en régimen de incomunicación desde el pasado 10 de diciembre, cuando lo detuvieron en la ciudad de Salalah, por el ejercicio pacífico de su derecho a la libertad de expresión.
Su detención se produjo tras irrumpir las fuerzas de seguridad en su casa, en Salalah, ciudad de la provincia meridional de Dhofar, ese día a las nueve de la noche. Registraron la casa y le confiscaron el teléfono y unos ordenadores. No dijeron a su familia por qué lo detenían y adónde lo llevaban. La familia ha solicitado reiteradamente información sobre su paradero, pero las autoridades no les han dicho nada.
El activista, de 48 años, padece hipertensión y problemas cardiacos, para los que los médicos le han prescrito una medicación específica que no se llevó consigo cuando lo detuvieron. Desde el 31 de octubre, se le impedía salir de Omán. Se dirigía a Estambul, cuando unos funcionarios de inmigración le dijeron en el aeropuerto internacional de Salalah que tenía prohibido viajar desde julio de 2014 y le confiscaron el pasaporte.
Jaddad es un empresario que propugna reformas políticas y sociales en Omán por medio de su blog, al que sólo se puede acceder previa invitación, y de Facebook. Este activista ha sido detenido reiteradamente.
En diciembre de 2011 participó en Dhofar, localidad del sur de Omán, en manifestaciones pacíficas en demanda de reformas. Fue detenido el 14 de enero de 2013 y pasó seis meses privado de libertad, incluidos ocho días en régimen de aislamiento.
Quedó en libertad al final de junio de ese año, pero se le prohibió publicar artículos en los medios de comunicación nacionales, y las autoridades intentaron presionarlo para que firmara una declaración en la que renunciaba a desarrollar actividades en favor de la reforma y de los derechos humanos. Al mes siguiente sufrió de nuevo hostigamiento e intimidaciones.
En agosto de 2013 fue acusado de "menoscabar la condición y el prestigio del Estado" por haber pedido reformas políticas y sociales y mantenido reuniones con miembros del Parlamento Europeo. Jamás fue juzgado, pero se cree que las autoridades podrían utilizar acusaciones pendientes desde hace tiempo para formular formalmente cargos contra él por sus actividades pacíficas.
Amnistía Internacional ha documentado numerosos casos de detención arbitraria y reclusión prolongada en régimen de incomunicación en Omán durante 2013 y 2014. También se tuvo noticia de casos de tortura y otros malos tratos infligidos bajo custodia por agentes de los servicios de seguridad del Estado, que sometieron a activistas y a personas críticas con el gobierno a abusos como golpearlos, taparles la cabeza con una capucha, someterlos a simulacros de ejecución, impedirles dormir y recluirlos en régimen de aislamiento por tiempo prolongado.
En los últimos años la organización humanitaria ha registrado casos de uso innecesario y excesivo de la fuerza contra manifestantes pacíficos por parte de la policía, detenciones durante grandes manifestaciones, restricciones arbitrarias de la libertad de expresión y uso de leyes y prácticas discriminatorias.
En enero de 2014, Omán ratificó el Acuerdo de Seguridad del Consejo de Cooperación para los Estados Árabes del Golfo Pérsico. Aunque no hay aún evidencia de ello, se cree que las disposiciones del acuerdo menoscabarán la libertad de expresión en los países del Consejo de Cooperación para los Estados Árabes del Golfo Pérsico (Arabia Saudí, Bahréin, Emiratos Árabes Unidos, Kuwait, Omán y Qatar).
En agosto, el gobierno dictó por decreto una nueva ley de ciudadanía, que entrará en vigor en febrero de 2015. Dicha ley permitirá a las autoridades retirar la ciudadanía y los derechos asociados a ella a los omaníes pertenecientes a grupos con principios o creencias que se consideren perjudiciales para los "intereses superiores" de Omán, con lo que el gobierno podrá privar arbitrariamente de la nacionalidad a quienes lo critiquen y expulsarlos del país.
No hay comentarios:
Publicar un comentario