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29 octubre 2014

La engrasada puerta giratoria de Abengoa

El fichaje de los servicios de ex presidente del Gobierno, José María Aznar, por parte de Abengoa en el año 2010 para que les consiguiera los contratos de cuatro desaladoras en la Libia de Gadafi por 100.000 euros no es la única relación comercial que ha mantenido la multinacional sevillana con políticos o personas de su entorno.

La empresa fundada por Javier Benjumea Puigcerver en 1941 es la compañía energética que más políticos o allegados ha contratado desde que comenzó la crisis y también la que mejor paga a sus élites, tal y como publicó el periodista A. M. Vélez en Vozpópuli en marzo del pasado año.

Según Vélez, en el año 2012 los 15 miembros de su Consejo de Administración se repartieron 13,88 millones de euros, un 4,9% más que el año anterior. Y eso que el beneficio de la compañía se había desplomado un 51,2%. Tan solo entre los tres consejeros ejecutivos; Felipe Benjumea, presidente, José Terceiro Lomba, vicepresidente, y Manuel Sánchez Ortega, consejero delegado, se embolsaron más de 12 millones .

Don Javier, del que cuentan que su casa fue la primera visita que realizó Felipe González tras ganar el congreso de Suresnes, había mantenido sólo cuatro miembros en el consejo de la compañía hasta su fallecimiento en 2002. Se trataba de sus dos hijos, Javier y Felipe, y dos sobrinos, Joaquín Abaurre y José Luis Aya.

Fue allá por el año 2006, cuando la Fiscalía Anticorrupción investigaba a la compañía por la compra por parte de Telvent —una filial— del 3,7% de Xfera por 25 millones de euros a través de una sociedad instrumental controlada por los dueños de Abengoa, cuando los herederos se decidieron a cambiar el criterio.

Una larga e influyente nómina

Desde entonces hasta hoy han pasado por los máximos órganos de gestión de Abengoa o alguna de sus filiales, según publicó el periodista Gonzalo Suárez en El Mundo en febrero pasado, figuras tan relevantes como Alberto Aza, ex jefe de la Casa Real, su hijo Alberto Aza Custodio, que se desvinculó en 2013, y Carlos Borbón-Dos Sicilias, primo de Juan Carlos I.

En la categoría de políticos figuran nombres como Josep Borrel, ex ministro de Obras Públicas, Transportes y Medio Ambiente y ex presidente del Parlamento Europeo, José Domínguez Abascal, ex secretario general de Universidades, Investigación y Tecnología de la Junta de Andalucía, Rafael Escuredo, ex presidente andaluz, Ricardo Martínez Rico, ex secretario de Estado de Presupuestos y Gastos y presidente de Equipo Económico, una consultora fundada por Cristóbal Montoro.

Completan dicha categoría Ramón de Miguel, ex secretario de Estado de Política Exterior y para la UE y ex director general de Energía de la Comisión Europea, Juan Verde, mano derecha de Obama en la UE, Javier Rupérez, ex diputado y ex embajador en Estados Unidos, Luis Solana, ex diputado y ex director de RTVE, José Terceiro Lomba, ex subsecretario de la Presidencia del Gobierno, y Pedro Marín, ex secretario general de Energía. 

En el apartado de allegados aparecen Carlos Sebastián, hermano del ex ministro de Industria Miguel Sebastián, y Daniel Villaba Villa, socio del anterior en una empresa dedicada a la gestión de cobros. En lo referente a empresarios, han pasado por esas lustrosas mesas José Luis Méndez, que fue director general de Caixa Galicia y consejero de Unión Fenosa, Ignacio Polanco, hijo de Jesús Polanco, fundador de Prisa, Juan Salas Collantes, consejero de Red Eléctrica, Cándido Velázquez, ex presidente de Telefónica, y Fernando Martínez Salcedo, que dejó la Agrupación de Empresas Municipales de Sevilla AIE para ejercer de secretario general de sostenibilidad en Abengoa.

La polémica como consecuencia

Con tal trasiego de puertas giratorias no es de extrañar que muchas de las decisiones políticas que han tenido que ver con el sector energético y por las que se ha visto afectada Abengoa hayan estado salpicadas por la polémica. Es justo lo que ocurrió en julio de 2012, cuando el ministro de Industria, José Manuel Soria, mantuvo un sonado desencuentro con el de Economía y Hacienda, Cristóbal Montoro, a cuenta de la reforma del sistema energético español.

El choque se produjo como consecuencia de que Montoro pretendía que la reforma fuera “benévola con la termosolar”, un sector que domina Abengoa. Según publicó en su día Libre Mercado, el posicionamiento del titular de Economía se debía a la influencia de Ricardo Martínez Rico, el que fuera su socio en la consultora Equipo Económico.

O lo ocurrido con el caso de la inexistente Red Iberoamericana de Logística y Comercio (RILCO) de la Zona Franca de Cádiz que costó a principios de la década pasada la friolera de 6,8 millones de euros. Las dos empresas que habían resultado adjudicatarias —Miami Free Zone y Telvent (filial de Abengoa)— incumplieron numerosos preceptos del pliego de condiciones, según dos informes técnicos que obraban en poder de la Zona Franca. 

Esto no fue obstáculo para que Manuel Rodríguez de Castro, un alto cargo del primer gobierno de José María Aznar, les adjudicase los contratos y tuviera que dimitir en febrero de 2001 cuando el Tribunal de Cuentas confirmó las numerosas irregularidades en su gestión.

En el plano autonómico, también saltó la polémica por las millonarias adjudicaciones de la Junta de Andalucía a Abengoa durante los mandatos del ex presidente autonómico Manuel Chaves. Sobre todo cuando se hizo público que su hija, Paula Chaves Iborra, figuraba como apoderada hasta junio de 2009 en algunas empresas del grupo Abengoa que estaban entre las adjudicatarias —Telvent Tráfico y Transportes SA, Telvent Housing SA y Tráfico Ingeniería SA— antes de trabajar en Minas de Aguas Teñidas SA (MATSA). Mucho antes, en octubre de 2004, el Ayuntamiento de Almería (PP y GIAL) también había adjudicado a esta filial de Abengoa la Ciudad Digital, un proyecto con un importe de 27,7 millones de euros.

El ayuntamiento de la capital hispalense presidido por Alfredo Sánchez Monteseirín tampoco se libró de la polémica en la operación de los terrenos para la construcción del centro de Palmas Altas en 2005. El alcalde sevillano permutó más de 40.000 m2 de edificabilidad para el nuevo centro tecnológico de Abengoa a cambio de 14.480 m2 de aprovechamiento de carácter terciario en las antiguas instalaciones de la multinacional junto al centro comercial Los Arcos, unos terrenos de 54.000 m2 que previamente había recalificado y que generaron una plusvalía para la energética de 40.000 m2 en una zona muy cotizada de Sevilla. 

Además, también se da la circunstancia de que en la Sociedad de Garantía Recíproca de Andalucía Suraval, de la que figuran como presidentes las empresas Comercial Abengoa SA y Abencor Suministros SA, consta como Consejero desde el 29 de octubre de 2012 Ignacio Candau García, esposo de Dolores de Pablo-Blanco, delegada de Asuntos Sociales en el actual Gobierno de Juan Ignacio Zoido al frente del Ayuntamiento hispalense.

La expansión exterior

La minoración en las subvenciones a las energías renovables en España que provocó la última reforma energética hizo que la compañía pusiera sus ojos en el exterior. Fuentes internas de Abengoa cuentan que, al acabarse las subvenciones “ahora ya no es rentable y tienen que sacar de donde sea. Por eso Abengoa se está yendo de España, porque aquí las solares no son rentables”. 

Además explican que “las células fotovoltaicas tienen un tiempo de vida y esos residuos luego hay que tratarlos, y generalmente coincide con las garantías, como pasa con la obsolescencia programada. Cuando pasan 15 años, que es cuando va a pasar a operación pública y acaba la concesión a Abengoa, tienes una planta que no funciona”.

Para la promoción y expansión en el exterior también es conveniente contar en tus filas con buenos aliados. Muchos encuadran en ese contexto el fichaje de Juan Verde por la compañía energética. Según esas mismas fuentes “ellos han financiado parte de la campaña de Obama en EEUU, algo perfectamente legal allí y tenían de tapado a Juan Verde, que estaba en el gabinete de Obama”. Aseguran que Verde “les ha facilitado negocios muy suculentos en EEUU; en solar, en el desierto de Mojave, una de las plantas solares más grandes que existen, y bioenergy también, con el etanol”. “De hecho, han cambiado leyes para ajustarlas a los criterios que tiene Abengoa para poder adjudicarles concursos”, concluyen.

Sin embargo, el caso de Juan Verde no es el único. En septiembre de 2013, Abengoa anunció la incorporación a su Consejo Asesor de Alan García Pérez, que fuera presidente de Perú en un primer mandato (1985-1990) y posteriormente en un segundo (2006-2011). Este fichaje fue interpretado por algunos medios en su momento como la recompensa a su influencia decisiva para obtener suculentos contratos en aquel país durante la segunda etapa de García al frente del mismo.

En mayo del pasado año, el periodista Carlos García-León publicaba en expansión el fichaje del ex presidente del gobierno, José María Aznar, por DLA Piper, la mayor firma jurídica del mundo, que contaba entre sus integrantes con el despacho Piper Rudnick, con base en Chicago, y que fue el encargado de promover su imagen para que le concedieran la medalla de oro del Congreso de los Estados Unidos en 2003. En julio de ese mismo año, como cuenta García-León, se produce la venta de Befesa —filial de Abengoa— al fondo Triton Partners por 1.075 millones de euros. El bufete que se encargó de asesorar a la multinacional energética en dicha operación fue precisamente DLA Piper.

Otro caso sonado fue la incorporación del ex gobernador de Nuevo México, Bill Richardson, al Consejo Asesor Internacional de Abengoa en julio de 2012. El periódico levante-emv.com reveló en su día que este fichaje había vuelto a situar a la multinacional “en el ojo del huracán”. Este político renunció al cargo de secretario de comercio que Obama le ofreció en 2008 porque se vio involucrado en una adjudicación irregular a una empresa que había aportado fondos a la campaña electoral del presidente americano. 

El diario levantino informaba que durante su periodo como gobernador de Nuevo México, iniciado en 2003, Richardson adoptó “numerosas iniciativas fiscales y legales favoreciendo los biocombustibles en el estado, una rama energética en la que Abengoa, a través de su filial Abengoa Bionergy —de la que también es consejero Ricardo Martínez— tiene numerosos intereses. De hecho, la firma de la familia Benjumea, reabrió en 2010 la planta de Portales”.

Además añadía que el propio presidente de Abengoa Bioenergy, Javier Salgado, “recordó que la reanudación de los trabajos en la planta venía «respaldada por el firme apoyo que los líderes políticos del Estado de Nuevo México, incluidos los senadores por Nuevo México, Jeff Bingaman, y Tom Udall, han mostrado para la producción de etanol»”. 

Esta abundante proliferación de gente influyente explica que, como publicó Vélez en Vozpópuli, “el 11% del beneficio de Abengoa (en 2012) se destinó a pagar a los vocales, un porcentaje sin parangón en el Ibex 35” y que “los 15 consejeros del grupo andaluz han cobrado más que la suma de los consejos de administración de Endesa y de Gas Natural”, siendo “la segunda compañía energética que más pagó a sus consejeros en 2012, sólo superada por Iberdrola”. Para que luego digan que tener una buena cartera de amigos en nómina no es rentable.

1 comentario:

Mark de Zabaleta dijo...

No se puede expresar mejor....

Saludos