cabecera_tipográfica_trans

13 julio 2014

El PSOE decide hoy entre aparato o aparato


En las primarias del PSOE para elegir secretario general que se celebran hoy el partido que se juega es el mismo de siempre. No existen diferencias y es algo a lo que los militantes socialistas nos tienen ya bastante acostumbrados. Lo que se dirime hoy no es más que quién se adueña de los engranajes del poder y lo único que va a determinar el designio de la mayoría de los votos es el permanecer o la aspiración a ocupar el sillón y el cargo.

Entre los dos aspirantes con mayores posibilidades no existen rasgos diferenciadores más allá de los físicos; como la complexión y la estatura. Tanto Pedro Sánchez como Eduardo Madina se postulan con las mismas propuestas, casi se diría que se las ha escrito la misma persona.

Ambos inciden hasta la saciedad en no repetir los mismos errores que en el Congreso de Sevilla, que se cerró en falso, sabedores que es justamente lo que va a ocurrir. Y los dos prometen integración y unidad como medicina mágica para evitarlo, todo un clásico que jamás se ha contrastado como un efectivo cauterizador de heridas.

Ambos esgrimen “el tiempo nuevo” que abre el proceso para el partido. En realidad son conscientes de que es un tiempo nuevo que ya es viejo y gastado de tanto usarlo, como el amor en aquella canción.

Si nos paramos a analizar sus propuestas, son idénticas, gemelas. Defensa numantina del modelo federal que propone la cúpula del partido, de un Estado laico que ellos mismos se han encargado de impedir desde que se instauró la democracia en este país y derogar la ley del aborto de Gallardón y la reforma laboral de Rajoy.

Ni una palabra, o eufemismos ambiguos, para definir el modelo de Estado que prefieren, de lo que se deduce que no están dispuestos a cambiar el actual y ni siquiera consultar a la ciudadanía al respecto. Tampoco se han pronunciado sobre los cambios noctámbulos de la Constitución de los que fueron partícipes ni sobre el escandaloso aforamiento del ex rey y su cohorte. Las medidas económicas se reducen a frases hechas envueltas en el celofán del ya tradicional calambur que las hace indescifrables: “pacto de rentas”, “salida simétrica de la crisis” y demás.

En lo relativo al modelo de partido más de lo mismo. Modelo ascensor, de abajo a arriba. Ninguna propuesta para combatir el cáncer del clientelismo con el que se fabrican las listas en la agrupaciones ni para erradicar esa práctica tan asidua entre los socialistas de pagar los favores a base de cargos con sueldos nada desdeñables y que en gran parte es la culpable de la patética situación del partido ante los tribunales.

Sánchez y Madina también apuestan por instaurar la limitación de mandatos de los dirigentes políticos, algo para lo que sólo basta con la propia voluntad. Y así hasta el infinito y más allá. Lejos de hacer caso a las acusaciones mutuas de ser el candidato del aparato, está claro que los militantes que ejerzan su derecho a voto hoy sólo van a tener dos opciones reales: decidir entre aparato o aparato.

No hay comentarios: