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04 julio 2014

El nuevo tiempo de Madina





La Plataforma de apoyo a Eduardo Madina en su carrera por lograr la secretaría general del PSOE en las primarias del próximo día 13 ha hecho llegar una carta a los militantes del partido en la que explica su modelo organizativo y también lo que supondrá en medidas políticas “un nuevo tiempo”, en el caso de que lograse la presidencia del gobierno en las próximas elecciones generales.

En la cuestión interna, y basándose en la máxima ‘un militante, un voto’, Madina apuesta por la fórmula para la elección de todos los secretarios generales de la formación política y por unas primarias abiertas para la de los candidatos a las distintas administraciones, presidencia del Gobierno, Comunidades Autónomas y Alcaldes.

También se compromete a generalizar “práctica de transparencia” en las instituciones públicas, implantar la renuncia inmediata al cargo “en los casos de apertura de vista oral” a sus dirigentes, apurar el sistema de incompatibilidades y acabar con la puerta giratoria en los cargos públicos.

Por otro lado aboga por la fórmula de ‘una persona, un cargo’ y el asumir el programa electoral como “un contrato con los ciudadanos”. Además limitará el número de mandatos en la dirección. Madina quiere una organización que “debata desde abajo y rinda cuentas desde arriba” y se compromete a habilitar los mecanismos necesarios para ello.

El tiempo nuevo

El tiempo nuevo, expresión de moda ahora entre los socialistas, pasa por transformaciones profundas del país que permitan establecer “qué país queremos para los próximos 20 años”. Para ello es necesario “no interpretar la realidad “como lo hemos hecho hasta ahora” porque el tiempo nuevo “necesita nuevos códigos de interpretación”.

Madina defiende la necesidad de “convocar a la ciudadanía para construir una alternativa de mayoría y de gobierno, inspirada en los valores republicanos de la libertad, la igualdad, la solidaridad y la diversidad”. Además su apuesta pasa por un nuevo modelo económico “para la fortaleza social” en el que ambos ejes —económico y social— “estén unidos de manera indisoluble”.

Así, la inversión social no será “sólo como una cuestión de justicia e igualdad de oportunidades, sino también un medio clave para impulsar nuestra fortaleza como país” y la competitividad de la economía pasa a ser “un instrumento para fortalecer los derechos ciudadanos y las políticas sociales”.

En materia de cohesión social, el candidato socialista propone “blindar” la sanidad y la educación en la Constitución, porque considera una obligación ineludible el devolver a los ciudadanos “el derecho a la asistencia sanitaria que la derecha les ha arrebatado”. Amén de continuar mejorando e innovando dicho sistema.

En materia de dependencia, Madina rescata la ley de Zapatero, a la que considera “un pilar” de ese nuevo modelo, porque “reconoce el trabajo silencioso e imprescindible que realizan millones de personas, especialmente mujeres, en el cuidado de otras personas”.

También se compromete a abordar la movilización del parque de viviendas públicas vacías y en propiedad de los bancos para garantizar el derecho a la vivienda, impulsar la dación en pago y desarrollar “definitivamente” el derecho de los jóvenes a la emancipación y a un proyecto de vida propio.

En cuanto a la economía y por ende al empleo, el candidato socialista centra su proyecto en la competitividad como motor del cambio de modelo productivo. Propone un plan nacional “para formar al 40% de la población activa que está sin cualificar” e implantar un sistema productivo “sostenible y justo para las próximas generaciones”, donde la educación jugará “un papel clave”.

De ahí la necesidad de “una nueva política de becas” que impida que “nadie se quede fuera de la educación por motivos económicos”. También reformar el sistema nacional de innovación con el objetivo de “asumir la inversión del 3% del PIB en I+D”, como propone la Unión Europea. Para lograrlo, dicha apuesta por la innovación se extenderá a “todas las áreas de la sociedad”.

En fiscalidad, Madina sostiene que “necesitamos que las políticas públicas y especialmente la política fiscal, tengan en cuenta la trascendencia de la Economía Social” y para ello establece un primer paso: “eliminar exenciones”. Además se compromete a “repensar la fiscalidad de la riqueza” y a modificar el IRPF para que sea “un instrumento recaudatorio más justo, que garantice su progresividad y carácter redistribuidor”.

Para ello propone revisar “la directiva de matriz-filial” que facilita la elusión fiscal y que “produce un impacto para España de unos 72.000 millones de euros” y la revisión de la tributación de las SICAV “para extremar sus requisitos y elevar su tipo impositivo”.

El modelo energético español necesita “un reforma en profundidad” porque el objetivo es “producir energía sostenible a precios competitivos para ciudadanos y empresas”, sostiene Madina. Para ello es necesario apostar por “una de las industrias de la energía renovable más importantes del mundo que hoy es un activo de país”.

En materia de derechos y libertades se compromete a “volver a situar al ciudadano en el centro de la escena política”. Eso supondrá “grandes reformas” tanto en la Constitución como en el marco jurídico general y en las grandes políticas de Estado. Su propuesta consiste en un modelo de estado federal que “reconozca la diversidad y la pluralidad” y dote a las autonomías de “niveles adecuados de competencias y de una financiación suficiente, siembre bajo los principios de igualdad, solidaridad y cohesión territorial”.

Además defiende que El Código Penal “no puede utilizarse contra los ciudadanos que ejercen sus derechos”, sino que “la ley penal debe garantizar nuestra libertad y no dirigirse a limitarla”. Por ello apuesta por una justicia que “sea gratuita y de calidad, sin tasas que convierten a los ciudadanos en consumidores de derechos” e impulsar un cambio para que el código penal “no se pueda usar para ir contra la ciudadanía que ejerce legítima y pacíficamente esos derechos”.

También aboga por la necesidad de impulsar la igualdad,  que será “el motor del crecimiento económico con la incorporación de millones de mujeres al mundo del trabajo y a la economía”. Y se compromete a que “la primera ley que derogaré si soy presidente del gobierno es la ley Gallardón si finalmente se aprueba”. Además de profundizar en “la economía del cuidado”, para reconocer “la doble tarea” e impulsar “de manera definitiva la conciliación de la vida laboral y familiar”.

Finalmente, la política exterior de Madina pasa por “reforzarnos fuera para ser más fuertes dentro y reformarnos dentro para proyectarnos con más fuerza y credibilidad en el exterior”. Para ello se propone hacer propios “los intereses generales de la humanidad tales como la paz, el desarrollo y el medio ambiente” y hacer de su defensa “una política de Estado”.

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