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26 junio 2014

Sostiene Madina


Sostiene Eduardo Madina que el congreso extraordinario del PSOE del próximo mes de julio es un acontecimiento histórico en el que los socialistas han de efectuar un viaje “desde la participación hacia la renovación”. Añade además que esa renovación ha de ir acompañada de “un pacto intergeneracional” y de nuevos “códigos, proyectos y equipos”. Los socialistas no pueden volver a cometer los mismos errores que en el congreso de Sevilla, que eligió a Rubalcaba como secretario general, sostiene Madina.

Si eso me lo hubiese dicho Madina antes de entrar en la sede del PSOE sevillano en Luis Montoto, le hubiera otorgado un mayor grado de credibilidad. Sin embargo, mientras aguardaba la hora del comienzo del acto, un viejo militante con el que departí durante un buen rato me comentó: “sabes qué me dijo el otro día un concejal; dame el aval para Sánchez y vota a Madina”.

Esa anécdota explica a la perfección cómo funcionan las cosas en el aparato circulatorio del socialismo sevillano. Las luchas cainitas a las que tan acostumbrados nos tienen no desaparecen, sólo se sumergen, como el Guadiana, hasta que la tormenta amaine. Lo del partido de “abajo a arriba” dicho así, a pelo, tiene su encanto. Otra cosa distinta es la forma de llevar a cabo una elección de ese tipo en un aparato tan sui géneris como el del PSOE.

La ausencia en la presentación de Madina de destacados militantes del sector oficialista, o susánida como diría Carlos Mármol, dice mucho de la batalla interna que se está librando por el poder. Lo del cambio intergeneracional está muy bien, siempre que no se toque el asiento a determinados poderes en el aparato a los que les cuesta sobremanera levantar sus posaderas.

Casi todos los presentes en la presentación de la candidatura de Madina eran los afines a lo que se ha dado en denominar “los críticos”, si es que esa actitud tiene cabida en un partido como el PSOE. Tanto que me recordó a la presentación de aquella candidatura alternativa de Limones a la secretaría general de Sevilla contra Susana Díaz y que tuvo tan escaso recorrido. Incluso tampoco faltaron los vende avales por quítame allá esas migajas. Esos que siempre están esperando el maná caído de algún favor prestado con anterioridad. Normalmente con un exceso abrumador de servilismo.

De la visual del patio de la sede sevillana del PSOE se podría deducir que Susana juega otra partida y no la que sostiene Madina. Se podría deducir. Se supone que debe haber aprendido de lo que le sucedió en el último congreso. Por eso algunos militantes no entienden “el fallo”, tal vez intencionado, de celebrar las votaciones en las agrupaciones locales en vez de en la sede provincial. Quién no conoce cómo se desarrolla una votación en cualquiera de las agrupaciones locales de la capital.

Esa decisión permite albergar una cierta esperanza a “los críticos” de que todavía haya partida. Nada más lejos de la realidad. El partido que juega Díaz no se decanta en las agrupaciones locales. Como todos los partidos importantes que se han jugado en esta formación política, el resultado se determinará en los despachos no lejanos del atril desde donde los oradores estarán lanzando sus arengas. Como ocurrió en Sevilla.

Después, lo de la “integración y la unidad para sumar todos”, como sostiene Madina, será harina de otro costal. Y tendrá mucho que ver con que los intereses de cada uno queden lo suficientemente satisfechos como para que no se desentierre el hacha de guerra. Máxime si una es la mujer más poderosa del socialismo patrio. Ahí es nada.

Por eso sí me creo aquello que sostiene Madina de que si pierde no dará la lata. Porque eso significará dos cosas relevantes: que el ganador ha conseguido a pesar de las trabas su principal objetivo y que ha sido lo suficiente magnánimo como para que el encargado de ponerle las zancadillas retire la pierna. Aquí paz y después gloria, sostiene Madina.

1 comentario:

Mark de Zabaleta dijo...

Parece una complicada situación....

Saludos