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25 junio 2014

En el umbral de la muerte a pesar de la disparidad de condenas

Shane Kormondy, recluso de Florida que ha agotado sus vías ordinarias de apelación judicial, ha pedido que se le conmute su condena a muerte por cadena perpetua, la pena que están cumpliendo los otros dos acusados juzgados por el mismo delito. Aún persisten las dudas sobre quién fue el autor material del asesinato de la víctima.

Gary McAdams murió por arma de fuego y Cecilia McAdams fue violada, pero sobrevivió, durante un robo perpetrado en su casa de Pensacola el 11 de julio de 1993. Se acusó del delito a tres hombres, y la fiscalía manifestó su intención de pedir la pena de muerte contra ellos. Los tres fueron juzgados por separado en 1994.

Curtis Buffkin, que tenía 23 años en el momento del delito, fue el primero en ser juzgado. El fiscal lo describió como "el cabecilla" que "llevaba el arma" y "tenía un control absoluto sobre sus secuaces". Sin embargo, durante las deliberaciones del jurado, al ver que era posible que no se emitiera un veredicto de culpabilidad por asesinato en primer grado, la fiscalía llegó a un acuerdo en virtud del cual evitaba la pena de muerte a cambio de testificar contra los otros dos acusados.

James Hazen, que tenía 21 años en el momento del delito, fue condenado a muerte. La Corte Suprema del estado redujo la condena a cadena perpetua alegando que Hazen era menos culpable que Buffkin, que había sido condenado a cadena perpetua.

El tercer acusado, Johnny Shane Kormondy, de 21 años en el momento del delito, condujo a la policía hasta los otros dos tras ser detenido. Declaró que había sido Buffkin quien había disparado contra Gary McAdams. Tras convertirse en testigo de cargo, éste declaró que Kormondy había disparado a la víctima accidentalmente.

En el juicio de Kormondy, la acusación presentó a Cecilia McAdams, cuyo testimonio señaló que Buffkin no había sido el autor del disparo, y a un testigo que había acudido a la policía para reclamar la fuerte recompensa ofrecida a cambio de información sobre el crimen, y que testificó que Kormondy había dicho que había sido él quien había disparado a la víctima. Los testimonios de ambos testigos eran contradictorios, comparados con las declaraciones realizadas por ellos mismos antes del juicio.

Kormondy fue declarado culpable, y el jurado, por ocho votos contra cuatro, optó por la condena de muerte. En 1997, la Corte Suprema de Florida anuló esta condena, alegando que las pruebas "no respaldan una conclusión de premeditación", sino únicamente de homicidio ocurrido en el transcurso de la comisión de un delito.

En la nueva vista de determinación de la pena celebrada en 1999, un nuevo jurado votó a favor de la pena de muerte, de nuevo por ocho votos contra cuatro. En 2003, la Corte Suprema del estado confirmó esta condena de muerte, rechazando el argumento de que era desproporcionada en comparación con las condenas de cadena perpetua impuestas a los otros dos hombres por considerar, según los testimonios que lo señalaban como autor material del disparo, que Shane Kormondy era más culpable.

En una vista celebrada ante un tribunal estatal en 2005, Curtis Buffkin y James Hazen se retractaron de sus declaraciones previas. El primero declaró que él había disparado a Gary McAdams por accidente, y que el arma del crimen no había estado en ningún momento en manos de Kormondy durante el delito. Según dijo, había mentido para "obtener un acuerdo sobre la sentencia", y ahora cambiaba su versión porque "la familia debería saber qué fue lo que sucedió exactamente".

Por su parte, Hazen declaró que estaba presente en el momento del delito, algo que durante su propio juicio había negado. Según dijo, Buffkin le había indicado verbalmente que había disparado a Gary McAdams. El tribunal rechazó dar crédito a estas retractaciones.


En 2011, un juez federal de primera instancia señaló que las pruebas de que Kormondy "fue el autor del disparo [...] no son concluyentes" y que "un nuevo juicio podría o no conducir a la conclusión de que el Sr. Kormondy fue el autor del disparo". Sin embargo, resolvió que Shane no había "demostrado, con pruebas claras y convincentes, que no era" el autor del disparo.

En su petición de indulto, Kormondy "asume su responsabilidad en este caso, ha mostrado remordimientos y ha madurado como ser humano durante su estancia en prisión". Asegura que él no disparó a Gary McAdams ni violó a Cecilia. Esto coincide con su declaración realizada originalmente a la policía en julio de 1993.

En una declaración realizada en octubre de 1993, el detective que le había tomado declaración dijo que, durante la entrevista policial, Kormondy había "mostrado remordimientos por lo sucedido" y había "declarado enfáticamente que él no había disparado al Sr. McAdams", pero que sí había estado presente cuando sucedió. Según el detective, Shane fue de lo más enfático al declarar que no había violado a Cecilia, y permitió de buena gana que las autoridades le tomaran muestras de sangre y saliva. El detective declaró que "sin duda" creía que Kormondy y Buffkin "estaban presentes cuando el hombre recibió el disparo" y que "Hazen estaba en la parte de atrás, agrediendo a la Sra. McAdams, cuando se produjo el disparo".

En el juicio original de Kormondy en 1994, su abogado presentó pruebas y testimonios atenuantes, entre ellos los relativos a la difícil infancia de abusos y abandono sufrida por por su defendido, su escasísima educación, su trastorno de aprendizaje y sus problemas de adicción. En la segunda vista de determinación de la pena celebrada en 1999, ante un juez y un jurado diferentes, el nuevo abogado de Kormondy no presentó testigos que ofrecieran testimonios atenuantes, y se limitó a contrainterrogar a los testigos presentados por la acusación. Entre ellos se encontraba de nuevo Cecilia McAdams, que admitió que no le había podido identificar como uno de los presentes en su casa ("No le vi la cara entera").

El abogado defensor no le preguntó por una declaración que, al parecer, había hecho a la policía la noche del delito, porque no sabía que existía. Según parece, en esa declaración Cecilia dijo que dos de los asaltantes estaban con ella en la habitación trasera cuando se hizo el disparo fatal en la cocina. En su testimonio durante el juicio, dijo que en aquel momento sólo había un hombre con ella en la habitación, y su relato sugería que se trataba de Curtis Buffkin y que, por tanto, él no era el autor del disparo. 

En 2011, el juez federal de primera instancia describió este testimonio como "más que un poco perjudicial para el Sr. Kormondy", y también señaló "el hecho obvio de que los hechos fueron traumáticos y que una persona en esa situación podría no observarlos o recordarlos con exactitud". Señaló también que "si la Sra. McAdams dijo realmente que cuando se hizo el disparo había dos agresores con ella, eso arrojaría al menos ciertas dudas sobre su capacidad para recordar lo sucedido. Esto, a su vez, arrojaría dudas sobre su declaración de que el Sr. Buffkin estaba con ella cuando se realizó el disparo. O, al menos, un jurado o un juez razonables podrían haber llegado a esa conclusión".

Respecto a si el hecho de que el abogado no hubiera presentado esta declaración previa en el nuevo juicio constituía una falta de eficacia en su actuación, el juez federal señaló que se le acercaba. Según el juez, si esa cuestión se hubiera presentado ante los tribunales federales como cuestión original, "se podría haber concluido de manera razonable" que Kormondy se había visto perjudicado por el hecho de que su abogado no había puesto en entredicho la fiabilidad de la testigo (en cuyo caso, la condena de muerte se habría anulado).

Sin embargo, la cuestión no se presentó ante el tribunal federal de primera instancia como cuestión original, sino como parte del recurso contra la resolución de la Corte Suprema de Florida respecto a que la asistencia letrada no había sido constitucionalmente inadecuada. De acuerdo con la deferencia que, en virtud de la legislación estadounidense, los tribunales federales deben mostrar respecto a las sentencias de los tribunales estatales, "el Sr. Kormondy no tiene derecho a reparación sobre la base de esta alegación".

La petición de indulto de Shane Kormondy se encuentra actualmente ante el gobernador y otras personas que participan en las decisiones sobre el indulto del ejecutivo. No se sabe cuándo se tomará una decisión sobre este caso. En Florida, cuando se agotan las vías de apelación judicial ordinaria y se deniega el indulto, se fija la fecha de ejecución.

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