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24 marzo 2013

Cuando la desgracia es convertida en negocio


“Lo grave del escándalo de los ERES no es sólo el clientelismo, el tráfico de influencias, los excesos cometidos por sus principales protagonistas o el desprecio a la ley y al sentido común que demuestran muchos de los que la juez Alaya está enviando –con indicios verosímiles– a la cárcel. Lo trascendente es cómo, con todos estos ingredientes en el guiso del desconcierto, la ceremonia de la inmoralidad ha llegado a convertirse en un mecanismo casi perfecto, un sistema –depurado, incluso– que se nutre de la desgracia ajena para generar un inmenso negocio”

El negocio de la desgracia”, por Carlos Mármol.

1 comentario:

Mark de Zabaleta dijo...

La historia siempre se repite...y los abusos !

Mark de Zabaleta