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05 enero 2013

Zoido se resiste a deshojar la margarita


En las sucesiones sucede como en los idilios: a menudo la indecisión obliga al enamorado a deshojar la margarita para adivinar los sentimientos del ser amado.

La pugna por el liderazgo del PP andaluz está siguiendo un guión calcado. Los resultados desfavorables que reflejó el Barómetro de Opinión Pública de Andalucía 2012 sembraron la inquietud en las filas populares y consiguieron hacer saltar todas las alarmas.

Desde entonces, dada la persistencia de Zoido en no desvelar sus intenciones de cara a su futuro político, el nerviosismo ha campado a sus anchas, sobre todo ante la evidencia incuestionable del beneficio colateral que los socialistas están sacando del liderazgo del alcalde sevillano al frente de la formación conservadora.

Los disidentes y algún que otro pretendiente a la candidatura a la presidencia de la Junta tras la tocata y fuga de Javier Arenas ya no se esfuerzan en disimular y exigen, públicamente y en voz alta, a Juan Ignacio Zoido que deshoje de una vez la puñetera margarita. Para tratarse de un debate que no existe, por ser impertinente a estas alturas de partido, las voces están obteniendo un sobresaliente en decibelios.

Las puesta en escena de la pugna está siendo la habitual. Desde el aparato del partido y los afines al Alcalde sevillano insisten con machaconería en que ahora mismo no es la prioridad y que Zoido no es un líder cuestionado. Todos aparentan coincidir en que el debate tocará más adelante, pasadas ya la próximas elecciones municipales. Sin embargo, las voces internas que le requieren un posicionamiento claro y cuanto antes al respecto no dejan de escucharse, especialmente las provenientes de la Andalucía oriental.

Como en toda familia que se precie, la disputa conlleva el trasfondo de otras luchas de más enjundia, en este caso en territorio nacional. Arenas es de esos tipos que dicen que se van pero nunca acaban de irse y su confrontación con la secretaria general, María Dolores de Cospedal, por el control interno del aparato del partido tendrá su fiel reflejo a la hora de designar el próximo candidato a la Junta.

Zoido, a pesar de su indiscutible éxito en las municipales sevillanas de 2011, no las tiene todas consigo. Su condición de Alcalde de la capital hispalense y su insistencia en entregarse por completo a Sevilla y sus ciudadanos son una lacra difícil de sobrellevar cuando te tienes que patear los pueblos de la geografía andaluza.

Ese perfil localista y el esfuerzo que conlleva su apuesta por la micropolítica al frente del consistorio hacen que el presidente de la Junta no cese de frotarse las manos ante la aparente falta de liderazgo regional de su más directo adversario. Griñán sabe de la dificultad de extrapolar ese tipo de estrategia al ámbito autonómico. Lo que igual no sabe es que tal vez Zoido tampoco quiere ser el aspirante a su sillón.

Artículo publicado en sevilla report.

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