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09 febrero 2012

A propósito de Garzón

Me ha dejado perplejo la sentencia contra Baltasar Garzón. Todavía no la he leído y no soy demasiado ducho en derecho procesal. Me parece especialmente triste ver a un representante de la justicia condenado, tanto o más que el hecho de que un delincuente o un asesino sean absueltos o condenados a nimias penas por falta de pruebas o por defecto de forma en la actuación procesal. Pero las garantías procesales están ideadas para fortalecer y asegurar los derechos democráticos de todo ciudadano. Y no se pueden vulnerar, aunque a veces no nos guste el resultado final del proceso. Es lo que tienen las reglas de todos.

En cualquier caso, y como no soy nada experto en el tema, os dejo aquí una selección de lo mejorcito que he leído al respecto, para que tengáis argumentos suficientes y podáis formaros una opinión en uno u otro sentido.

“Hoy, gracias a Baltasar Garzón, algunas personas han podido contar sus historias en público, ante un tribunal por primera vez en tres cuartos de siglo. Mucho más graves desde luego. Pero desde el dolor que siento por el triunfo del ataque que se ha perpetrado contra el juez Garzón, he recordado aquellas vivencias de mis padres. Y me libera contarlo. Precisamente hoy.

Pensaba en mi ingenuidad que aquello era agua del pasado. Pero las chanzas y alegría de alguna responsable política, los brindis con champán, los respetos y acatamientos frotándose las manos, el amparo a la corrupción, la coacción a quienes buscan la Justicia, me sitúan ante una realidad que da mucho miedo y de la que son cómplices, incluso sin darse cuenta en ciertos casos, algunos de mis conciudadanos. ¿Heridas abiertas? Es que los herederos naturales de quienes iniciaron y mantuvieron aquella y otras atrocidades las raspan todos los días”.

Rosa María Artal en “Historias de la guerra (para Baltasar Garzón)”.

“Garzón es un elefante, un iluso, un utópico. Me gustan las personas que estiran la ley para detener a un asesino de masas con uniforme de tirano banderas. Me gustan las personas que estiran la ley para dejar a los que matan con parabelum sin dinero para seguir matando. Me gustan las personas que estiran la ley para buscar a los más de 100.000 desaparecidos, los esfumados, los escondidos, los nadie de Galeano que pueblan caminos y nuestra desverguenza colectiva.

No me gustan los que encogen la ley por miedo, por medrar, por el qué dirán.

Me gustan las personas como Gervasio Sánchez que no se muerden la lengua, que no miden si esto les beneficia o les perjudica, personas que denuncian, que molestan. Me gustan los que no son serviles, paniaguados, temerosos de dios o del diablo, o de su jefe. Me gusta la gente honrada, limpia. Los imprescindibles”.

Ramón Lobo en “Hoy me gustaría ser extranjero”.

“Y, por último, cabe preguntarse, más allá de si tenían o no razón los magistrados que le han condenado, si no es éste un final muy injusto para quien se ha revelado como un juez implacable con ETA, el terrorismo de Estado, la corrupción. Sinceramente, y sin ánimo de tomar partido en estas batallas ideológicas que tanto nos gustan, ¿no les parece que todo esto es un auténtico despropósito?”

Juan Carlos Blanco en “Un final injusto”.

“El Supremo es un tribunal arrodillado a la corrupción que representa Gürtel; hoy es un día de vergüenza para el sistema democrático, judicial y para el Tribunal Supremo”

“Esta sentencia es un balón de oxígeno para la corrupción imperante en España y una coerción expresa a cualquier magistrado que decida acordar un sistema de investigación legítimo como son las escuchas telefónicas”

“El Supremo es una casta de burócratas al servicio de la venganza institucional”.

Carlos Jiménez Villarejo, ex fiscal anticorrupción, en el programa La ventana de la Cadena Ser. (Vía Escolar.net).

“En su momento, escribí sobre el intento del Gobierno y de los fiscales de la Audiencia Nacional de mantener en prisión a toda costa al etarra De Juana Chaos basándome en la idea de que el derecho de defensa y todo lo que conlleva es un elemento fundamental en una democracia.

No hay excepciones. No las hay en la lucha contra el terrorismo porque el Estado tiene recursos legales suficientes para responder a esa amenaza. No las hay en la lucha contra la corrupción, a pesar de que en este caso la coincidencia con la absolución de Camps plantea un espectáculo bochornoso y hace perder confianza de los ciudadanos en la justicia. No las hay incluso cuando los errores de un juez pueden servir indirectamente para poner en libertad a un puñado de corruptos.

Porque si no es así, si se pueden alterar las garantías constitucionales en función de los delitos cometidos, entonces sí que se puede decir que le llaman democracia, y no lo es”.

Iñigo Sáenz de Ugarte en un completísimo análisis titulado “Garzón y el derecho a la defensa”.

“Rechazo frontalmente la sentencia que me ha sido notificada en el día de hoy.

Lo hago por entender que no se ajusta a derecho, que me condena de forma injusta y predeterminada.

He trabajado contra el terrorismo, el narcotráfico, los crímenes contra la humanidad y la corrupción. Lo he hecho con la ley en la mano y en unión de fiscales, jueces y policía. En este trabajo, siempre he cumplido con rigor las normas, he defendido los derechos de los justiciables y de las víctimas en situaciones muy adversas.

Ahora y a lo largo de este procedimiento, mis derechos han sido sistemáticamente violentados, mis peticiones de defensa desatendidas, el juicio oral una excusa, cuyo contenido ha sido utilizado sólo contra mí, prescindiendo de los elementos favorables que me beneficiaban, para, con ello, poder dar forma a una sentencia que ya estaba anunciada desde hace meses.

Mi actuación en el denominado caso Gürtel, se ajustó a la ley y en su desarrollo, tomé todas las medidas para garantizar el derecho de defensa y la investigación de delitos muy graves relacionados con la corrupción, partiendo de los contundentes indicios y para evitar la continuidad delictiva de blanqueo de dinero de los jefes mafiosos que utilizaban, como ya lo habían hecho antes, a los abogados designados.

Se me ha impedido aportar las pruebas que lo demostraban y se ha prescindido de la implicación y participación de abogados en la trama.

La afirmación que se contiene en la sentencia para justificar el supuesto dolo de que “la inclusión de la cláusula previniendo el derecho de defensa dejando a un lado su efectividad, revela que sabía que su resolución afectaba a este derecho” es una aberración que contradice todo el sentido de la misma y se utiliza para eliminar la base de mi absolución. La sentencia no dice en ningún momento cual es el daño producido en el derecho de defensa y no lo dice sencillamente porque no existe. Lo inventa. Asimismo falta a la verdad cuando se dice que no se ejecutó la medida de salvaguardar dicho derecho, cuando personalmente me cuide de garantizarlo y así lo avalan las pruebas practicadas e ignoradas por el tribunal.

Esta sentencia, sin razón jurídica para ello ni pruebas que la sustenten, elimina toda posibilidad para investigar la corrupción y sus delitos asociados abriendo espacios de impunidad y contribuye gravemente, en el afán de acabar con un concreto juez, a laminar la independencia de los jueces en España.

Acudiré a las vías legales que correspondan para combatir esta sentencia y ejerceré todas las acciones que sean pertinentes para tratar de paliar el perjuicio irreparable que los autores de esta sentencia han cometido.

Madrid a 9 de febrero de 2012”

Comunicado emitido por el juez Baltasar Garzón. (Vía Escolar.net).

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