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23 enero 2012

Los congresos certifican la aluminosis en la dirección del PSOE-A

Fotografía: Carmela Gálvez


El período precongresual del PSOE-A de cara a afrontar el 38 Congreso Federal de febrero que se celebrará en la ciudad ha dejado al partido fracturado y con un horizonte de batalla que se dilucidará tras las elecciones andaluzas del 25 de Marzo.

La división interna se ha hecho patente en 5 de la 8 provincias andaluzas y ha sido de una especial rudeza en Sevilla, donde el enfrentamiento de Viera con Griñan llegó a poner en peligro el que el presidente de los andaluces encabezara la lista hispalense. Las luchas intestinas nunca se hacen esperar en un partido que siempre está dispuesto a resolverlas a las primeras de cambio. Está inscrito en el ADN del PSOE y de manera muy significativa en la agrupación de Sevilla.

Resulta difícil de imaginar que, con la que está cayendo al país, las cuitas internas de una organización política, por mucho que sea la única alternativa posible al poder recién establecido, sean capaces de interesar a alguien más que a quienes están inmersos en ella. Pero cuando se trata de ajustes de cuentas no valen las razones.

Sólo por eso, el error en la estrategia de convocar un congreso que se pretende tan decisivo a tan sólo tres meses de un resultado electoral catastrófico se puede calificar de clamoroso. Más que de ideas, que han pasado definitiva y lamentablemente a un segundo y vergonzante plano, estamos ante una contienda fratricida por dirigir la gestión de los residuos. Es lo que realmente se va a dirimir en este congreso, las ideas pueden esperar.

Sin embargo, al menos en Andalucía, la celebración de los conclaves para elegir los delegados y las luchas subterráneas por conseguir los desperdicios del poder han dejado algunas cosas más que claras.

En primer lugar que la tan cacareada “neutralidad activa” proclamada por el presidente de los socialistas andaluces, José Antonio Griñán, se fue al traste a las primeras de cambio, cuando personas de su entorno decidieron ejercer presiones a favor de la ex ministra de Defensa, Carme Chacón. Hay quien dice que se llegó a afirmar que “o se está con Chacón o se está contra Griñán”.

Dichas presiones no se ejercieron sólo por una cuestión ideológica o de modelo de partido. Ni mucho menos. Bajo las mismas subyacen tanto los intereses electorales del presidente, con las andaluzas a un mes del nombramiento del nuevo secretario general, como otros más personales de miembros significativos de su entorno. Esa ambición por ascender no ha sido bien acogida en las agrupaciones, sobre todo en las de Sevilla capital, y ha sido la causa de un contundente rechazo que ha desembocado en el enfrentamiento, incluso a nivel personal, de destacados dirigentes.

Hoy se ha hecho pública la valoración de Juan Espadas sobre el desarrollo del congreso, al que califica de “complejo” y que se resolvió “muy bien”, a pesar de los roces. Según Espadas “el debate lleva a confrontaciones de ideas y a algún que otro problemilla desde el punto de vista de desavenencias que pudieran llegar a lo personal”. Es una manera eufemística de calificarlo. El caso es que gritar a un compañero “sinvergüenza” o “vendido” desde el fondo del plenario se antoja algo más enconado que una simple desavenencia.



Del resultado de la elección de delegados se deduce que la autoridad de Griñán al frente de los socialistas andaluces sufre de aluminosis y que el daño producido a su imagen por un enfrentamiento espurio ha sido considerable. La memorable renovación iniciada por Griñan en aquel congreso extraordinario en el que salió elegido secretario general ha quedado en nada y ha demostrado que no se acaba tan fácilmente con la herencia de Chaves en esta tierra.

El caso del portavoz del grupo municipal socialista en el Ayuntamiento de Sevilla, Juan Espadas, que sacó su puesto de delegado por el estrecho margen de un voto, no ha sido el único. En Málaga, la presidenta del PSOE-A, Rosa Torres, ha quedado fuera de la lista de delegados al 38 congreso. El sector crítico alcanzó el 20% en la votación y ella, que iba la penúltima en la lista oficial, se cayó de la misma. La excusa de la colocación en dicho lugar hay que buscarla en los caprichos del orden alfabético.

Peor fue lo ocurrido con Paulino Plata, consejero de Cultura en la Junta de Andalucía, que un fue incluido en la lista, y por lo tanto tampoco va al congreso, y que se enteró de su exclusión a través de un tuit en Twitter. La pasión desbordada por las nuevas tecnologías que ha obsesionado de repente a los políticos tiene estas cosas.

1 comentario:

Enrique dijo...

La travesía del desierto va a ser larga y penosa Grego, al menos es mi percepción, porque no es posible regenerar ninguna organización sin un debate profundo, abierto, verdadero y responsable. Todo indica que solo va a celebrarse el congreso como si de un cambio de secretario general del partido se tratara y no es solo eso, o no debería ser solo eso. Parece que se impone lo que se llama “disciplina” de partido para eliminar las voces discordantes, una forma de dictadura que no lleva más que a la usurpación del derecho de opinión, del debate de ideas, de propuestas concretas de los afiliados y militantes que deberían ser quienes quiten y pongan y no las oligarquías que son las que mandan. A estas alturas nadie se cree que gente que son corresponsable de las políticas y las decisiones que han tomado el equipo en que ellos/as han jugado, puedan ser los que regeneren al PSOE de la “aluminosis” que sufre. Por este camino poco apoyo van a encontrar en la sociedad. Salud.