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09 octubre 2011

La defensa numantina de Viera


Tuvimos claro desde el primer día que la educación es la que nos haría libre”. Son palabras de José Antonio Viera, secretario general del PSOE de Sevilla, pronunciadas esta misma mañana durante el acto de presentación de las candidaturas de cara al 20-N.

Resulta curioso que hable de educación y libertad alguien que ha hecho de su inclusión en la lista un acto de defensa numantina. Una búsqueda rayana en la desesperación de ese paraguas sacrosanto al que llaman inmunidad, ante los constantes y ferales mordiscos que a su integridad propinan a diario las pesquisas de la juez Alaya por el caso de los ERE fraudulentos y la documentación que está sacando a relucir el PP en relación a su gestión como consejero de Empleo de la Junta y presidente del IFA.

Viera hace ya mucho tiempo que debiera haber dimitido. Razones hay de sobras para ello. Ya en la primera rueda de prensa que dio con motivo del escándalo de los ERE eludió contestar a las evidentes responsabilidades políticas que emanaban del mismo y que le salpicaban de lleno como impulsor del más que cuestionable sistema de ayudas.

Desde entonces hasta ahora, lo que Viera ha intentado a toda costa es sobrevivir y protegerse. Griñán no lo quería en las listas autonómicas y lo único que le quedaba era la lista provincial al Congreso. Y ahí está, en el número dos.

El primero, Alfonso Guerra, era el último de la candidatura municipal que cosechó el fracaso más demoledor de la historia del PSOE sevillano. El segundo está inmerso en una carrera alocada por escapar de algo de lo que no se puede huir. Mala combinación para una lista que pretende no ser derrotada por goleada.

Porque ganar, lo que se dice ganar, hay pocos que se lo creen a estas alturas.

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