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09 septiembre 2011

Atravesando las calles de Nervión

Como bien sabéis quienes leéis este blog con asiduidad, soy sevillista desde que tengo uso de razón. Qué le vamos a hacer, nadie es perfecto. Aunque yo me siento bastante orgulloso de pertenecer a una afición grande y noble como pocas en el fútbol español.

El caso es que mi buen amigo Txema Marín, uno de los miembros del fabuloso equipo que hace posible una web grande y escrita en clave sevillista como es Sevillismo.com, me pidió hace tiempo que escribiera un artículo para la web sobre mi manera de entender el sentimiento sevillista.

Como no podía ser de otra manera, acepté de inmediato la invitación y escribí mi artículo que empieza así:

“Mi padre, de pequeño, me llevaba cada domingo al Pizjuán atravesando las calles de Nervión. Yo no recuerdo la edad que tenía, pero no debía despegar dos palmos del suelo, porque portábamos un banco plegable de madera, que se montaba como si de un mecano se tratase a base de cuñas, para que, subido en él, me pudiera agarrar a las barras de hierro que poblaban el anfiteatro del gol norte”.

El resto lo tendréis que leer en “Atravesando las calles de Nervión”.

Espero que os guste.

Por cierto, la foto que ilustra el post es de mi gran amigo y periodista Juan Blanco.



2 comentarios:

Anónimo dijo...

Es verdad grego eres buen chaval y compañero,pero como bien dices nadie es perfecto,lo siento por tí,alguna pega te tendremos que poner no?,jeje. saludos.

Gregorio Verdugo dijo...

Anónimo: gracias. Uno es lo que es y no lo puede negar.