cabecera_tipográfica_trans

17 julio 2011

Los entresijos del PGOU de Sevilla

Carlos Mármol

“No descubro nada nuevo: Sevilla siempre ha tenido una burguesía de origen agrario -con ínfulas nobiliarias, además- que se hizo urbana con el correr del tiempo, pero sin cambiar jamás de mentalidad. Simplemente aplicándola en otro escenario. Propietarios rústicos convertidos en tenedores de fincas urbanas. Educados en la lógica de que la ciudad es una extensión más -la más valiosa, quizás- de sus dominios agrícolas.

El crecimiento de Sevilla, con y sin planeamiento urbano, nunca logró salir de este bucle. Curiosamente, así fue hasta que en 2006 se aprobó el PGOU, que es hijo de un consenso (momentáneo) en el que los socialistas, los populares, los comunistas y los andalucistas, cada uno por motivos diferentes, desde orillas antagónicas, decidieron acordar una metodología común de trabajo y pactar unos puntos básicos para que el diseño urbano de Sevilla pudiera perdurar en el tiempo -principal condición para que algo funcione-, fuera atractivo y seguro para los inversores externos y tuviera un cierto perfil institucional.

La idea era que el urbanismo no volviera a estar sometido a las tensiones y a las cambiantes mayorías políticas que se suceden cada cuatro años. Un modelo básico para todos, igual que ocurrió en la transición política, con independencia de quien gobernase en cada momento. El PGOU de Sevilla, no el del gobierno de turno.

Toda la fortaleza del Plan -su filosofía- deriva de esta raíz: no ser consecuencia directa de las fuerzas dominantes en la sociedad, sino de la voluntad de saber reconducirlas para que, mejor o peor, se incorporen sin exigencias a un proceso en marcha en el que el protagonismo de los ciudadanos debe, como mínimo, ser equivalente. Un plan donde la gente cuenta. No sólo las inmobiliarias, los bancos o los propietarios.”

Más en “Nuevos tiempos, vicios viejos”.



2 comentarios:

Anónimo dijo...

Así debería ser, pero el Alcalde de la derecha esta empecinado en favorecer a una multinacional y justifica su decisión en que el PGOU no es dogma de Fé, ellos mismos que de fe van sobrados. Y para incrementar las adhesiones nada mejor que utilizar el aasunto del paro en la ciudad, diciendo que se crearan no se cuentos miles de puestos de trabajo. Con ese argumento igual la instalacion de una centrral termica en ese mismo lugar generaría esos miles de puestos de trabajo. Me pregunto que su libertinaje con el PGOU sería el mismo si lo que se construyera fuera un hospital, una residencia de ancianos o, mira por donde, una biblioteca. Recordemos que el Alcalde de la derecha manifestó en precampaña que pararía la construcción de la biblioteca en el Prado, aunque una vez ganadas las elecciones dijo que acataria, no faltaba mas, lo que los tribunales fallaran. Mira por donde los tribunales han fallado en contra de la construccion de la biblioteca, concretamente por su inadecuación al PGOU, pero claro, una biblioteca sólo genera ciudadanos mas instruidos, y IKEA genera, dicen, riqueza, de esa riqueza que se traduce en salarios de 800 euros mensuales. Pero la derecha de esta ciudad no es tonta y antes de que cualquier rojo insensible le eche para atras a IKEA se megaproyecto, está disuesta a hacer un PGOU a la carta, diseñado expresamente para ellos. Si de lo que se trata es de crear empleo a cualquier coste nada es imposible, por ello se podría colocar un cine de verano en la Plaza Virgen de los Reyes; entre camareros, taquilleros, limpiadores y el que esta pendiente la la cinta de la pelicula por lo menos se crean 8 puestos de trabajo. Así es la politica de la derecha; si las normas juridicas te lo impiden... cambia las normas, aunque antes se hayan consensuado por unanimidad.

Gregorio Verdugo dijo...

Anónimo: y me pregunto yo: de tomarse esa decisión de modificar a la carta el PGOU ¿no se puede recurrir ante los tribunales por ir en contra de los intereses de todos los sevillanos?