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07 junio 2011

La homosexualidad se paga con cárcel en Camerún

El camerunés Jean-Claude Roger Mbede ha sido condenado a 36 meses de prisión por homosexualidad, delito en virtud del artículo 347a del Código Penal del Camerún, y se encuentra cumpliendo condena en la prisión central de Kondengui, en Yaundé, la capital del país.

Roger Mbede corre el riesgo de sufrir agresiones físicas y otras formas de trato cruel, inhumano o degradante, algo bastante habitual en este tipo de casos, a causa de su orientación sexual, real o percibida. Amnistía Internacional lo considera preso de conciencia, al haber sido encarcelado únicamente por su orientación sexual.

El 2 de marzo, miembros del servicio de seguridad de la Secretaría de Estado para la Defensa le detuvieron cuando estaba con un conocido. Antes del encuentro, el amigo en cuestión había mostrado a la policía los mensajes de texto que él le había enviado e informó de que se habían dado cita.

Roger Mbede fue detenido bajo sospecha de homosexualidad y trasladado al centro de detención de la gendarmería de Lac, en Yaundé, donde permaneció recluido durante siete días, antes de ser acusado formalmente de homosexualidad y tentativa de homosexualidad y transferido a la prisión central el 9 de marzo.

El 10 y el 24 de marzo compareció ante el Tribunal de Primera Instancia de Yaundé y el 28 de abril fue declarado culpable de homosexualidad y tentativa de homosexualidad y condenado a tres años de prisión.

Roger Mbede está cumpliendo condena en la prisión central de Kondengui. Las condiciones de reclusión allí son duras: los reclusos están hacinados, el saneamiento deja mucho que desear y la alimentación es insuficiente.

El pasado 3 de mayo, sus abogados presentaron un recurso contra la condena. El artículo 347a del Código Penal de Camerún establece que a todo aquel que tenga relaciones sexuales con una persona del mismo sexo “se le impondrá una pena de entre seis meses y cinco años de prisión y una multa de entre 20.000 y 200.000 francos CFA [aproximadamente entre 35 y 350 dólares estadounidenses]”.

Dicha disposición contraviene los tratados regionales e internacionales de derechos humanos (como el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, o la Carta Africana de Derechos Humanos y de los Pueblos) que Camerún ha firmado y ratificado.

La homofobia es endémica en la sociedad camerunesa, incluso la Comisión Nacional de Derechos Humanos se niega a reconocer y a defender los derechos del colectivo de lesbianas, gays, bisexuales y personas transexuales. Las detenciones, los procesamientos y los juicios de hombres gays son el pan de cada día.

Las prisiones y demás centros de detención adolecen de hacinamiento y las condiciones a menudo ponen en peligro la vida de los reclusos. Con frecuencia no se les facilita asistencia médica ni alimentación o éstas son insuficientes. Los guardias de prisiones no tienen la formación ni el equipo adecuados y son muy pocos para una población penitenciaria tan numerosa.



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