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26 marzo 2011

Los daños colaterales de Tussam

Me cuentan que en la empresa Casal, una de las concesionarias encargadas de la gestión de algunas líneas de la red de Tussam, no está cumpliendo con los pagos a sus trabajadores. La excusa: que Tussam no les paga la explotación de dichas líneas concesionarias. Es lo que en el lenguaje eufemístico que está tan de moda se llama daños colaterales.

No es de extrañar, la mayoría de los proveedores de Tussam llevan ya sin cobrar algún tiempo y los trabajadores no reciben sus salarios los días estipulados para ello. Tal y como están las cosas, lo que extraña es que se sigan viendo autobuses rojos circulando por las calles de Sevilla.

El día que se coordinen todos los colectivos afectados por la mala gestión de este alcalde la ciudad se paraliza por completo. Lo raro es que no lo hayan hecho todavía, antes de que Sevilla se derrumbe por completo como un castillo de arena con la sacudida de una ola.



4 comentarios:

Enrique dijo...

Ese día de la coordinación está lejano (ojalá me equivoque) tal como está el patio, aquí en TUSSAM peor que en el resto de empresas, aquí tenemos un sindicato, o dos, o tal vez tres que no han sido capaces de coordinarse ni siquiera para componer el comité de empresa, (te suena aquello de Órgano de Representación Colectiva de los Trabajadores) van por libre, cosas de la ley electoral, ese oscuro monopolio de partidos y sindicatos que se ha convertido en un problema porque solo (teóricamente) rinden cuenta cada cuatro años, mientras tanto no hay ningún tipo de control democrático y a lo que llaman democracia no es más que adoctrinamiento.
Salud Grego.

Gregorio Verdugo dijo...

Enrique: fíjate cómo estará el patio que incluso convocan paros sin que una asamblea general de trabajadores los ratifique. No sé a qué le tienen tanto miedo.

Anónimo dijo...

Igual que la Expo: una barbaridad que luego nadie quería que acabase. Dentro de 10 años habrá que retomar este asunto y ver qué dijimos hoy. Confío que para entonces hayamos aprendido a pedir perdón y a reconocer que uno también se equivoca. Quienquiera que yerre, incluido los visionarios.

Gregorio Verdugo dijo...

Anónimo: si de pedir perdón se trata, los primeros que deberían hacerlo y por motivos más que sobrados son ellos. Y que yo sepa, hasta ahora no los he escuchado hacerlo.
Hay que ser un poco más humildes y menos soberbios y saber reconocer lo que no se hace bien, antes que exigir a los demás el pedir perdón simplemente por no compartir lo que uno piensa.
Un baño de humildad le vendría bien a más de uno, que a visionario tampoco hay quien le gane.