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31 marzo 2011

La revolución del Gran Hermano

En Sevilla, se convoca una botellona y acuden 6.000 jóvenes a beber como cosacos, e incluso se produce un asesinato. Tan sólo cinco días después, el Sindicato de Estudiantes convoca una manifestación contra la ola de recortes del gobierno y el acoso y derribo al Estado del Bienestar impulsado desde las corrientes neoliberales que gobiernan el mundo y sólo acuden 250 jóvenes a la protesta. Por algo son los llamados a dirigir este país en un futuro próximo.

Es el signo de los tiempos, no les importa que esté en juego su futuro y el de varias generaciones. Será por aquello de beber para olvidar, pero la inmensa mayoría de nuestros jóvenes están tan apáticos que son capaces de soportar cualquier barbaridad sin inmutarse. Dicen que sobreprotegidos, que lo tienen todo al alcance de la mano sin esfuerzos gracias a unos padres demasiado benévolos. Puede ser.

Pero también porque son un espejo de quienes en su día enarbolaron la bandera de la rebeldía y hoy sestean sedentarios en sus casas, viendo pasar por delante el tren de la involución sin inmutarse. Aquello de yo ya he luchado lo mío y ahora que lo hagan otros. Como si la justicia y la igualdad fuesen algo que se pueda conseguir un día y luego olvidarse de ellas para siempre. A este paso, lo único que verán pasar por delante es su propio cadáver.

Y por si faltaba alguien, están también los ilusos, quienes piensan que las conquistas tienen ese nombre por un absceso de romanticismo. Se olvidan de que no hay conquista en la historia de la Humanidad que no haya costado sangre, sudor y lágrimas. La memoria, ya se sabe, suele ser frágil y quebradiza.

Es la sociedad que entre todos hemos engendrado. Los que piensan que hay que hacer algo corto de leer para que la gente reaccione, incluso más corto que una imagen, algo que haga que nos unamos sin causar demasiadas molestias y que no genere violencia, porque la gente no tiene ganas de manifestaciones y la reacción social ha de venir desde “algo que se pueda hacer cómodamente desde casa”. No sabía yo que ver el Gran Hermano resultase tan revolucionario.

Cómo se pregunta Rosa María Artal en su blog: Todos no son así ¿verdad?

Yo tengo mis serias dudas.



21 comentarios:

Anónimo dijo...

Como Tussam, mejor quedarse en casa porque si intentas ir a algun lado, en transporte público, la tienes clara. Espera 30 minutos si es que tienes suerte y no se va cerrándote la puerta en las narices, como me han hecho ya en (contadas, sí, contadas) 13 ocasiones en lo que va de año.

Es precioso escribir, sublime, perfecto. Y sé, perfectamente, que lo hace con su mejor intención, pero las clases magistrales se dan, o se daban, en las universidades.

Un saludo, colega.

Gregorio Verdugo dijo...

Anónimo: tal vez quiera usted ilustrarnos sobre el lugar donde imparte las suyas, seguramente con la misma buena intención. Igual nos estamos perdiendo algo y no lo sabemos.
Otro saludo, colega.

Gregorio Verdugo dijo...

Anónimo: por si es capaz de conmoverte, te dejo aquí el resto de un comentario de uno de las trabajadores de Tussam acampados en Plaza Nueva en defensa de sus puestos de trabajo:
"Hoy hablando con un comapñero, me decia con las lagrimas saltadas tras hablar por telefono con su hija pequeña de solo 5 años, la cual le dijo, " papa no duermas en la calle con el hombre malo, yo ya no quiero que me compres cositas, solo quiero que estes en casa conmigo y con mama."
Si te interesa, el resto de los comentarios y el post que da origen a los mismos los tienes aquí:
Acampada en Plaza Nueva

Enrique dijo...

El, los partidos de las prohibiciones, de los recortes, de los decretos, de gentuza sin escrúpulos, los seleccionadores de trileros, en su línea habitual de envilecimiento han conseguido lo que parecía imposible, que los trabajadores, que la sociedad esté frustrada con la manera de gobernar y cargados de desconfianza y rechazo hacia el sistema y hacia los políticos. Aquí ya nadie cree en nadie ni confía en nadie, llámense políticos, sindicalistas o lo que sean, cada uno va por libre a modo de sálvese el que pueda, inyectados de violencia, resultado del individualismo que el sistema ha impuesto a los distintos colectivos y que estos han asumido como idiotas. Habrá quien piense que esto que digo suena a apocalíptico y no es así, es la constatación de la realidad, de una realidad impuesta por el sistema de partidos y sindicatos sometidos a los dictados del poder económico, ese que jamás paga las facturas de los excesos que cometen. De esto por mucho que se escriba o se hable no se consigue el efecto esperado, nadie se da por aludido, todos asumen las medidas que imponen los poderosos sin rechistar tal vez por la falta de ese referente necesario y claro que no aparece por ningún lado aunque exista, y es que tal vez a parte de las letras escritas hacen falta imágenes que son más fáciles de interpretar y despiertan antes la sensibilidad de la gente y estas no hace falta ir a la universidad para verlas.
Salud Grego.

Anónimo dijo...

Claro que lo pasan mal, como todos, incluso más, pero éso es en parte el trabajar, y con un trabajo de cara al público hay que, ante todo, respetar a ese público, ¿por qué yo tengo que pagar una mala gestión de una empresa? ¿Por ser el usuario, el cliente? ¿El que siempre, pese a todas las hostias que me lleve, tengo una sonrisa y un "buenos días" para un conductor (no todos, pero por desgracia el 90%) que a lo máximo que llega es a gruñir con sus gafas de sol puestas y a poner cara de aburrimiento? Éso si no me cierra con la puerta en las narices, me mira y sigue su camino dejándome tirado, sí, para ir a currar también.

Monton de veces he tenido broncas monumentales con los diferentes sitios en los que he trabajado, pero amigo, jamás lo he pagado con los clientes, jamás. Hay una cosa llamada educación, y se aprende en casa.

Da pena, por supuesto, soy humano y empatizo, no tengo tan desarrollado mi lado psicópata, pero no busquemos excusas a la falta de educación, entiéndase educación en el sentido de respetar a tu cliente.

Anónimo dijo...

Magnífica reflexión sobre la apatía que empuja a nuestra sociedad en la anomia. No son sólo palabras peciosas, sino retratos del comportamiento de los llamados a heredar la dirección del destino colectivo y de la dejadez de quienes alguna vez tuvieron ímpetus por combatir las condenas predeterminadas.
Recibe mis felicitaciones, viejo socio. Un abrazo. Dan

Anónimo dijo...

Censurando llegarás muy muy lejos.

Un saludo, colega.

Gregorio Verdugo dijo...

Enrique: como siempre, chapó.

Gregorio Verdugo dijo...

Anónimo: me parece que generalizas demasiado. Sin quitarte la razón de que puede que algunos compañeros se comporten de dicha manera, que los hay, creo que la gran mayoría lo hace de forma totalmente contraria. Y calificar a un colectivo de casi mil personas por lo que hagan quienes probablemente no alcancen ni un uno por ciento me parece que dice muy poco de ti.
Y sí, tienes razón, no tienes que ser tú quien pague la mala gestión de la empresa. Pero se te olvida algo, en concreto dos cosas: tampoco tienen que ser los trabajadores quienes la paguen y, segundo, aunque no te guste la pagas doblemente, porque se trata de una empresa pública que se nutre del dinero que abonas en impuestos.

Gregorio Verdugo dijo...

Dan: muchas gracias compañero. Es triste y decepcionante, pero es así, por desgracia. Y no me ilusiona precisamente.

Gregorio Verdugo dijo...

Anónimo: no sólo juzgas el conjunto por unos comportamientos individuales, sino que, por lo que veo, también estás lleno de prejuicios y debates basándote en ellos. Así, el que no llegará a ningún sitio será tú, con toda seguridad.
Me cuesta creer que todavía no hayas comprendido que un blog no es algo que se lleve en un bolsillo a todas partes.
Sigue así, colega.

Anónimo dijo...

Pues mira que tengo mala suerte al coger el bus, todos los que me tocan son esos indeseables que tan minoría representan.

Si así aceptas las críticas no te arriendo las ganancias, y lo de la censura, sí, lo dije porque me sentía estafado, dejé mi comentario anoche cuando llegué de currar a eso de las 2:30 de la mañana y al no verlo en todo el día de hoy, pero si ver otro comentario, me sentí estafado (como me pasa cada vez que piso un bus de Tussam). Y querido colega hay mil maneras de contestar a una acusación así (yo habría sido el primero en entonar el mea culpa al acusarte de ello), pero el hecho de que lo hagas atacándome me dice mucho del tipo de persona que eres, más que todos los post que he leido tuyos, porque sí, querido colega, era lector asíduo, y digo era, que conste en acta.

Un saludo y al contrario que tú, yo te deseo prosperidad.

Gregorio Verdugo dijo...

Anónimo: veo que no me entiendes. Te lo explicaré, para ver si así nos entendemos.
Yo no te he atacado, te he dicho que juzgas mediante prejuicios. Y te lo explico. Al no ver tu comentario has pensado de inmediato que yo lo he censurado. No te has parado a pensar, por ejemplo, que yo trabajo hasta las tres de la tarde y que, aunque no tienes por qué saberlo, en la empresa Arizaga me tiene censurado Internet, como a otros muchos compañeros. Por lo tanto no he podido ver tu comentario, sometido como todos a moderación por mí, hasta esta tarde. Y te lo he publicado en cuanto lo ha leído.
Acepto las críticas, y si has entendido que te he atacado te pido disculpas porque no era mi intención. Sólo trataba de hacerte comprender que, por más que quiera, no puedo tener esa inmediatez necesaria para que los comentarios estén en el blog cuando los lectores los haces o pocos minutos después. Esa es la realidad y, hoy por hoy, no puedo cambiarla. Y en cuanto a que los que te tocan son siempre la minoría, pues será cuestión de mala suerte y no otra cosa. Te aseguro que la mayoría de la plantilla no es así, al contrario, son personas que saben perfectamente que el que se sube por la puerta delantera es el por qué de su trabajo y de su salario. Ten un poco más de confianza hombre.

Anónimo dijo...

Intentaré tener confianza, pero son muchas leches por su parte. Y en cuanto al post, que lo hemos ido dejando de lado, creo que por mi culpa, ¿te has planteado que esos 6000 jóvenes no son si quiera universitarios y en cambio los 250 sí?

Si yo he generalizado todo este tiempo, tú también querido colega.

Dime la verdad, con ésa edad, años del instituto, ¿tú te planteabas tu futuro tan seriamente?

Porque yo, sinceramente, no. Fue cuando llegué a la universidad, en tercero de carrera quizás, cuando tomé consciencia de todo, cuando me interesé por mi futuro, por el de mis hijos (si algun día los tenía), pero en el instituto creeme, fuí el primero en apuntarme a los botellones guateques o fiestas en casa de otros compañeros.

Es muy fácil hablar de cifras y escandalizar, pero si contamos ovejas, contamos ovejas, no cabras

Y estoy dejándo fuera algo primordial, pero no quería mezclar, planteate en qué ambientes viven los que siempre "dan la nota" en este tipo de "encuentros"; planteate quién es su padre, su madre, sus hermanos (si los tienen) qué son para esta sociedad, cómo se les trata. Igual que tú me pides que haga con tus compañeros conductores, hazlo tú con ellos y no cojas y metas a toda la juventud en el mismo saco, con edades entre los 15 a los 23 (y de diferentes escalas sociales), es una gran diferencia a tener en cuenta.

Un saludo.

Anónimo dijo...

Además decirte, se puede hacer que los comentarios aparezcan directamente, sin tú supervisión.

Gregorio Verdugo dijo...

Anónimo: ya lo digo en el post, es el signo de los tiempos.
Yo con 16 años ya acudía a las manifestaciones de los trabajadores de la fábrica de contadores. Eran otros tiempos, desde luego, vivíamos bajo una dictadura férrea y primaban las ansias de libertad de una juventud que crecía reprimida.
No se trata de juzgar, las cosas son así para lo bueno y para lo malo. Y doy por hecho que tendrán sus razones, la actualidad de la política desde luego no invita a muchas cosas. Sin embargo tienen una responsabilidad que no pueden eludir por más que quieran. Espero que encuentren los motivos que les impulsen a luchar, de la manera que ellos mejor entiendan, pero con la pasividad y la inercia no se llega a ningún sitio.
Y otra cosa, aunque no lo crean, esto también les incumbe a ellos. Y si me apuras más que a nadie.
Y una observación que te hago. Yo voy a la universidad cada semana y te aseguro que el porcentaje se mantiene, a pesar del nivel de estudios y la condición de universitarios. Desgraciadamente, por supuesto.

Gregorio Verdugo dijo...

Anónimo: en lo referente a los comentarios, lo sé y de hecho hasta hace no mucho tiempo era así en este blog.
Lo único que ocurre es que ya hay por ahí jurisprudencia de que cuando en un comentario se insulta a alguien o se le injuria, al final han hecho responsable al editor del blog y ha tenido que cargar con las consecuencias.
No es tu caso, desde luego, pero con la supervisión evito esos casos.
Además creo que es lo más conveniente para un debate decente desde posicionamientos enfrentados. Es legítimo pensar de manera diferente, pero ello nunca debe conducir al insulto. Creo en el respeto desde la diferencia y me parece que es lo más adecuado para la democracia y para la libertad de expresión.
Espero que en eso al menos estemos de acuerdo.

Anónimo dijo...

En parte, después de todo estamos de acuerdo en algunas cosas, sólo remarcarte, no pretendí decir que no les incumba o que no tengan esa responsabilidad, sólo te decía que no lo saben, no se preocupan, tal y como está planteada la sociedad actual es dificil acabar preocupándose por eso, pese a que te afecté directamente (hay que ser muy maduro para éso y actualmente la madurez llega bien tarde). No podemos comparar un pasado tras una dictadura y en el comienzo de una democracia, de una libertad, con la era de la desinformación en la que vivímos hoy día, del exceso de conexiones y comunicaciones que acaba por mantenernos sentados en casa durante el día entero. Cómo se decía en el que llegaría a ser uno de mis libros favoritos (que también tiene su versión cinematográfica, bastante decente por cierto), Fight Club de Chuck Palahniuk; "La publicidad nos hace desear coches y ropas, tenemos empleos que odiamos para comprar mierda que no necesitamos. Somos los hijos malditos de la historia, desarraigados y sin objetivos. No hemos sufrido una gran guerra, ni una depresión. Nuestra guerra es la guerra espiritual, nuestra gran depresión es nuestra vida. Crecimos con la televisión que nos hizo creer que algún día seríamos millonarios, dioses del cine o estrellas del rock, pero no lo seremos y poco a poco lo entendemos, lo que hace que estemos muy cabreados."

El otro libro, el cual me releo, al menos, una vez al año, está incluido en el título de tu post; 1984 de George Orwell.

Por supuesto, la descalificación no entraba en mis planes, el que insulta es que no tiene nada interesante que decir, no merece atención. Y al no estar tan puesto al día en cuanto normativas y jurisprudencia en blogs, desconozco el tema así que no me queda otra que creerte.

Un saludo.

Gregorio Verdugo dijo...

Anónimo: me alegra que estemos de acuerdo en algo.Y es cierto, en la era que vivimos existe demasiada manipulación a través de una tecnología que se creó precisamente para que fuéramos más libres. Así son las cosas.
En lo referente a lo de los comentarios y las expresiones en los blogs sólo te voy a dar un ejemplo: Julio Alonso es el editor del blog "Merodeando", bastante popular, y uno de los creadores de Weblogs SL, una importante red de blogs en español. Un día publicó una entrada con un hecho curioso, que consistía en que había metido la palabra SGAE en Google y el primer resultado de la búsqueda que salia era "ladrón" o algo parecido. Se limitó a publicar un hecho constatable por cualquiera. Todavía tiene hoy pendiente un juicio por ello y le piden una burrada de dinero. Así está el patio.

Anónimo dijo...

Sí, pero éso es distinto a un comentario, en ese caso, entiendo, que el post es del autor del blog, pero el comentario puede ser de cualquiera. Dudo un poco que te puedan acusar de lo que ha escrito otra persona, en tu blog, sí, pero a modo de comentario, pues las opiniones de los demás no son las tuyas. Pero te repito, lo desconozco.

Gregorio Verdugo dijo...

Anónimo: pues te aseguro que ya ha habido casos en los que se ha intentado.