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15 enero 2011

Sin noticias de los activistas tunecinos detenidos

El 17 de diciembre, el licenciado universitario de 26 años Mohamed Bouazizi se suicidó prendiéndose fuego en Sidi Buzid, localidad del centro de Túnez, tras haberle confiscado la policía un carro de frutas y verduras que vendía sin licencia y que eran su única fuente de ingresos. Su protesta fue la chispa que explosionó la de sindicalistas, estudiantes y activistas de los derechos humanos, que salieron a la calle para pedir trabajo, mejores condiciones de vida y el fin de la corrupción.

A medida que las protestas se fueron extendiendo a otras zonas de Túnez, las fuerzas de seguridad respondieron haciendo uso excesivo de la fuerza, y lanzaron gas lacrimógeno y dispararon con munición real para dispersar a los manifestantes. Las autoridades tunecinas sostienen que han resultado muertas 21 personas, pero las organizaciones de derechos humanos creen que han sido muchas más.

Se están practicado numerosas detenciones en todo el país durante las protestas, y se ha restringido y menoscabado la libertad de expresión y reunión. Entre los detenidos hay periodistas, abogados, estudiantes y blogueros. Las autoridades, cuya tendencia a someter a los detenidos a régimen de incomunicación es notoria, no han revelado el número exacto de personas que continúan privadas de libertad.

El 12 de enero fue detenido en su casa Hamma Hammami, portavoz de la organización prohibida Partido Comunista de los Obreros Tunecinos (Parti Communiste des Ouvriers Tunisiens, PCOT), junto con otras dos personas que se encontraban con él, el abogado Mohamed Mzem y una mujer, Mounia Obaid.

Según informes de Amnistía Internacional, Hamma Hammami, fue detenido por más de 20 agentes de los servicios de Seguridad Presidencial, mientras se encontraba en su casa con su hija de 11 años y las dos personas antes mencionadas. Su hija consiguió escabullirse.
Los agentes se llevaron también su ordenador y su esposa, la abogada y activista de los derechos humanos Radhia Nasraoui, cree que lo han detenido porque ha hablado con distintos medios de comunicación para transmitirles las opiniones del Partido Comunista de los Obreros Tunecinos sobre las protestas que están teniendo lugar en Túnez para pedir mejores condiciones de vida y el fin del desempleo y la corrupción.

Testigos presenciales informaron a Radhia Nasraoui de que al principio Mounia Obaid no fue detenida, sino que los agentes volvieron a entrar en la casa y se la llevaron, aparentemente tras recibir la orden de no dejar ningún testigo. Mounia Obaid quedó en libertad posteriormente, pero se ignora la suerte que han corrido sus dos compañeros.

Hamma Hammami ya había sufrido hostigamiento por parte de las autoridades anteriormente debido al ejercicio pacífico de su derecho a la libertad de expresión, y ha sido detenido y, según informes, torturado varias veces en los últimos años.

En septiembre de 2009 fue agredido físicamente por unos hombres que se cree que eran agentes de policía vestidos de civil en el aeropuerto de Túnez capital, a su regreso de Francia, tras haber criticado las entonces recientes elecciones presidenciales y parlamentarias, al presidente Zine El-Abidine Ben Ali y la corrupción en el país en entrevistas con los canales de televisión por satélite Al Yazira Mubasher y France 24. En octubre fue citado por la policía criminal, perro no se presentó por temor a ser detenido arbitrariamente. Posteriormente pasó a la clandestinidad, y hace muy poco que ha salido de ella. Su esposa y sus hijas también han sido hostigadas por agentes de seguridad.

Las protestas desencadenadas en las últimas semanas en Túnez han provocado la huída del país del presidente Ben Ali, que se ha refugiado en Arabia Saudí. El Primer ministro, Mohamed Ganuchi, ha asumido el mando y declarado el estado de excepción. Mientras tanto, se sigue sin tener noticias de los activistas detenidos y sin conocer su paradero.



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