Feliz 2011

Si cantan que hacia Belén fue una burra, ring ring, el resto de la manada primigenia debió encaminarse hacia Sevilla y desde entonces vive aquí, a salvo de depredadores sorpresivos, paciendo a sus anchas en las inmensas praderas del poder y jodiendo a mansalva al resto de conciudadanos. Y todavía seguimos sin emitir una tímida protesta.
Si tuviera que hacer una lista de deseos para el 2011, este post se haría interminable y vosotros os moriríais del aburrimiento. Así que voy a ser breve y me voy a conformar con poco, para ver si así hay más suerte.
Amén de las consabidas salud y felicidad, que como el valor en el servicio militar se dan por supuestas, deseo por encima de todas las cosas un año lleno de buenas historias que contar y, a ser posible, un medio donde poder hacerlo con más o menos libertad. Sí, ya sé que pido un imposible, pero al menos siempre me quedará este blog.
También, por aquello de ser agradecido con quien te da de comer, lamentar que Fran Fernández y Carlos Arizaga, esos dos fieras de las finanzas y la gestión efectiva, en el año de su más que probable despedida, todavía no se hayan percatado, y mira que han disfrutado de años para hacerlo, de que durante las Navidades los autobuses de Tussam han de estar en las calles transportando a personas y no aparcados en hileras interminables en el patio, esperando, como en el poema, aquella voz que les diga arranca y transita. Sobre todo, como ha sido el caso este año, cuando el tiempo no acompaña y la gente se apiña en las paradas. Espero que los Reyes Magos sean compasivos y les traigan un cerebro nuevo a ambos.
Por lo demás, desearos toda la felicidad del mundo y que se cumplan a rajatabla todos vuestros sueños, que seguro que serán bastante coincidentes con los míos. Bueno, los de algunos que yo me sé no, no vayamos a joderla a última hora.
Feliz entrada de año a todos.