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11 julio 2010

El fútbol, la mejor política contra la crisis

Iñigo Sáenz de Urgarte

“El fútbol es un catalizador perfecto para poner en marcha el orgullo nacional, un sentimiento tan natural en todo el mundo como peligroso. Un buen número de guerras y genocidios han sido posibles gracias a la manipulación de esa idea de la dignidad. La pólvora es menos inflamable.

Siempre me ha fascinado esa historia de los presos argentinos que oían cómo sus carceleros vitoreaban los éxitos de la selección en el Mundial de 1978. ¿Cómo se sentían cuando el mismo régimen que les estaba torturando o asesinando a sus amigos utilizaba el éxito futbolístico para legitimar su política criminal? Las reacciones eran tan variadas como cabe esperarse de una situación extrema? También era el país de los torturados el que había ganado el Mundial. Podían ser unas horas de alegría en mitad de una existencia de horror. ¿Quién puede negarse a aceptar algo así?

España no ha cambiado mucho desde hace cuatro u ocho años. Esos problemas que llaman territoriales continúan existiendo porque de hecho nunca desaparecerán. Ya se han apresurado los periódicos a lanzar interpretaciones calenturientas sobre lo que significan los pases de Xavi y los goles de Villa. Todo es bastante cómico y se reduce a algo bastante sencillo. Nada une tanto como las victorias. Durante un tiempo.

Cuando nos referimos al fútbol o a cualquier otra competición deportiva, ese impacto tiene una fecha de caducidad. Muy pronto, los 'sociólogos futbolísticos' tendrán otros temas de los que ocuparse. El optimismo puede ser una fuerza revitalizadora en una sociedad y tener consecuencias inesperadas. Pero al día siguiente, seguirá habiendo un paro juvenil del 40% en muchos sitios, por citar un ejemplo. No hay tiqui taca para los conflictos políticos y económicos.”

Más en “La selección (y unas palabras de George Orwell)”.


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