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02 abril 2010

La reflexión de un lector del blog sobre la Semana Santa de Sevilla

"Muy bien pero, siempre hay un pero, ¿Asumen los que gozan de su Hermandad en las calles de la ciudad el mensaje del Nazareno? ¿O se ha convertido en un modo más de tradición cultural como pueden ser los castellets catalanes? Quizás venga bien alguna vez recordar que ese Jesús que soporta el gentío en las avenidas de la mariana Sevilla fue carpintero e hijo de carpintero. No vino al mundo siendo político, ni militar, ni abogado, ni quiso ser juez de nadie, ni tan siquiera quería ser un jerarca más de la religión judía; sólo un simple carpintero, un trabajador de la madera que era capaz de convocar a miles de hombres y mujeres para decirles aquello tan revolucionario de amaos los unos a los otros, en una época en que las legiones romanas se paseaban victoriosas por el mundo conocido.
No sé cuantas de las miles de personas que con traje y corbata pululan durante esta semana por mi ciudad llegaran a absorber el mensaje del Nazareno, pero con que sólo sea una me conformaría y esperaría a que en el transcurso de los 364 días que quedan para que vuelva a ver a su hermandad en la calle su ejemplo tuviera continuidad en otros.
Sí, tu barrio está lleno de personas que desean ver a su Hermandad, pero el barroco intenta trasmitir lo más fielmente posible la dureza del sufrimiento de un ser humano que, siendo carpintero, cambió el mundo.
Por eso, el mensaje de Cristo era tan claro que hubo que crear toda una organización como la iglesia para destruirlo."

Éste es el texto de un comentario dejado por un lector anónimo de este blog en la entrada "La Sed en su barrio". Lo traigo aquí porque me parece que plantea una reflexión seria y crítica desde el respeto no ya a la Semana Santa en sí, sino al simbolismo de lo que representa y su reflejo en la sociedad actual.

Me ha gustado por su coherencia y por la lógica incuestionable de su planteamiento, muy de actualidad estos días que los pasos de las procesiones inundan las calles de Sevilla.



7 comentarios:

megustas dijo...

Sobretodo la ultima frase, está tan llena de verdad que impresiona.
cuanto me alegro del nivel que obtienes con algunos de tus lectores. Da gusto leerte y leerles, de verdad
Buena reflexión, pues

Gregorio Verdugo dijo...

megustas: la verdad es que con lectores así da gusto.

©Lola dijo...

También convendría recordar que el Hijo del carpintero no llevaba libro de texto, ni hacía exámenes... pero los palcos están llenos de políticos ateos (declarado por ellos mismos) y que siempre despreciaron eso mismo que ahora hacen; es tan patético que no sé si da más risa que ganas de llorar. Al menos la derecha es coherente con lo que predica.
Magnífico el comentario. Gracias.

Gregorio Verdugo dijo...

@Lola: tienes razón, deberían ser más coherentes y perder ese miedo a transformar las casos en virtud de lo que uno piensa.

Juanma Díaz dijo...

Cada vez que llega la Semana Santa parece que tengo que disculparme por gustarme la misma. La vivo desde siempre, la he mamado desde pequeño porque mi familia me lo inculcó así y así se lo inculco yo a mis niñas... A la mayor le es indiferente, pero a la pequeña le gusta más que a mí. Ellas eligen su opción libremente.
Abogamos siempre por la libertad, porque cada cual piense lo que quiera, pero parece que los que nos sentimos cofrades, capillitas o capiroteros -me da igual como me llamen- tenemos que disculparnos por ello.
La Semana Santa cada cual la entiende de una forma -y conste que no estoy de acuerdo con muchas de ellas, aunque respeto todas las opciones-. Yo la siento como tradición, me emociona mi Virgen de Las Angustias de la Hermandad de Los Gitanos, lo siento así... y lamento que esto disguste, pero es mi opción y supongo que tan respetable como otras.
¿Que hay contradicciones? Sí, claro, muchas. ¿En qué aspecto de la vida no las hay?
Ahora, lo que nunca conseguirá nadie es que por gustarme la Semana Santa y sentir lo que siento tenga que ser de derechas...
Un abrazo, Gregorio

Gregorio Verdugo dijo...

Juanma Díaz; totalmente de acuerdo, si algo tiene la Semana Santa de esta tierra es eso, que cada cual la siente como quiere y ello no implica nada más.
Aquí la vivimos desde pequeños de esa manera, por eso la respetamos tanto los creyentes como quienes no creemos.
Un abrazo.

©Lola dijo...

Juanma, yo no identifico Semana Santa con ser de derechas. Confieso que si voy y escucho Amargura, acabo llorando.
Yo critico a los señores que viven de la mpolítca (son vecinos míos) alardeando de su ateísmo y luego los ves en el palco de la plaza de San Francisco.
La gente sana, la gente buena, puede ser de lo que quiera porque nunca hará daño. Pero de estos, de ti, no hablaba yo al menos ;))
Y ya puestos, de mi familia tampoco, porque no predican una cosa y hacen otra. Yo no estoy de acuerdo con ellos, pero al menos son coherentes mínimamente, que serlo del todo es complicadísimo ;)