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09 marzo 2010

Nervios que son traidores

Alguien se está poniendo nervioso y va por ahí soltando preguntas que le delatan. Es lo que tiene el régimen cuartelario, que de tanto censurar acaba por despertar la curiosidad y desvelar el secreto, de tanto ocultar termina llamando la atención. Lo que antes pasaba casi desapercibido, ahora despierta poderosamente el interés de los ojos indiferentes.
La torpeza tiene estas cosas, suele dejar puertas abiertas por donde se cuelan ojos ajenos. Y han sido muy torpes, porque por la rendija se ve hasta la cama del dormitorio, ésa que tan obstinados están en que no se conozca ni se sepa la actividad que acoge.
Pero ya los ojos extraños han echado una visual y saben qué se cuece entre las tan disimuladas cuatro paredes. Y han tomado buena nota y percibido el tufillo a mierda, que es el motivo por el que a algunos se le espantan los nervios. Es sabido que la iluminación altera considerablemente el sistema nervioso y la mirada ajena va prendiendo la luz por donde pasa.
Dicen que todos los caminos conducen a Roma, pero a algunos les cuesta admitir que no es un único camino sino muchos, incluso inexplorados, para llegar al mismo sitio. Y vamos a llegar a Roma por el camino que sea.
Así pues, que quien esté limpio tire la primera piedra.







2 comentarios:

Anónimo dijo...

No hay reino de taifa que pueda mantenerse oculto eternamente. Hasta el rincón más lúgubre de una cochera puede ser iluminado por el sol del conocimiento y la verdad. Las ratas huyen despavoridas y los aprendices de tirano comienzan a sudar y a perder la memoria: ¡yo no sabía, yo no sabía!
¡Qué gusto da ver Roma en lontananza, Jack!
Dan

Gregorio Verdugo dijo...

Pues sí, Dan, es un placer para degustar con calma.