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15 marzo 2010

Firmas para defender a Garzón

No me gusta lo que está ocurriendo con el juez Baltasar Garzón. El Tribunal Supremo está considerando el procesamiento y la suspensión de un juez valiente y decidido. Parece ser que ser juez y estar empeñado en descubrir la verdad y hacer que paguen los culpables es el nuevo tipo delictivo al que se van a dedicar a perseguir a partir de ahora los tribunales.

A garzón nadie con sentido común en este país le puede negar sus incesantes esfuerzos en la persecución de los crímenes contra la humanidad. Pero ha hurgado en la herida que nadie quiere ver en este país, a pesar de que todos sentimos sus terribles escozores. Las atrocidades cometidas en España sólo pueden ser tratadas con el injusto olvido por prescripción facultativa de esa derecha rancia que es incapaz de mirar atrás aunque sólo sea para aprender de los errores cometidos.

Además, sobre el caso pesa la más que sospechosa certeza de pretenden convertirlo en el flotador necesario para que los implicados en esa vergüenza nacional que es la Gürtel tenga su puerta falsa de salida. La campaña política y jurídica dirigida a deshacerse del juez molesto tiene como objetivo principal evitar que la verdad aflore y los ciudadanos puedan satisfacer su derecho a saber. La justicia española y los políticos y medios afines embarcados en esta campaña están enfangando la democracia de este país en defensa de unos intereses oscuros y vergonzosos.

A Garzón se le acusa de incumplir la Ley de Amnistía de 1977, ese libelo impuesto por los reductos franquistas desde las sombras para que nadie pudiera tener nunca una idea exacta de sus fechorías. Sin embargo, el derecho internacional, ese mismo que suscriben con pompa nuestros ministros de exteriores y presidentes de gobierno, sostiene que esa clase de crímenes no pueden ser objeto de amnistía. No me imagino la cara de algunos próceres si se hubiera hecho algo parecido con el régimen nazi. Si la justicia española se hace garante de la impunidad se desautoriza a sí misma ante los ciudadanos y ante la democracia.

AVAAZ.org esta recogiendo firmas en defensa del juez Garzón, los derechos humanos y la democracia. Como ciudadano me siento indignado ante este tipo de conspiraciones que atentan contra la convivencia y contra la salud de nuestra democracia. Por eso no voy a dejar pasar la ocasión para hacerle saber al aparato judicial español hasta qué punto alcanza mi hastío.



5 comentarios:

Anónimo dijo...

Por increíble que parezca en nuestro querido país hay gente que se cree que se puede estar por encima de la Ley y que hay personajes intocables.

Un individuo bajo sospecha puede gozar de la presunción de inocencia, pero ello no implica hacer de él un héroe y criminalizar a quienes legitimamente acuden a la justicia para defender sus derechos.

Por ello hemos creado en la red social Facebook el grupo "Encausar a Baltasar Garón, un acto de normalidad democrática".

Gregorio Verdugo dijo...

autogestionari@s: puede que sea un acto de normalidad democrática, no lo pongo en duda. Lo que estoy seguro que no lo es es esa ley heredera del franquismo que nadie ha querido volver a mirar, seguramente por verguenza, y que es en la que se basan para neutralizarle.

megustas dijo...

Yo ya he firmado y lo haré las veces que se necesite para que este pais no olvide nunca que la democracia necesita hacer limpieza para que esté sana, puede que hace 30 años se quisiera pasar de largo para poder conseguir la democracia pero ahora ya debemos demostrar que la democracia esta normalizada y sana y que se debe mirar qué crimenes se cometieron y hacerlos pasar por el filtro de la verdad, este juez es una pieza que molesta, es obvio y que nos cojan confesados si esta derecha es la que nos tiene que gobernar en un futuro proximo.

Gregorio Verdugo dijo...

megustas: comparto por completo tu posicionamiento. Y sí, si nos tienen que gobernar, vamos apañados.

Anónimo dijo...

Ya escribí un post en Lienzo de Babel, cuyo resumen salió en Público (cartas), y también firmé el manifiesto de AVAAZ, por lo que no puedo que estar más de acuerdo con tu comentario. Más que de legalidad, es una lucha por parte de la derecha de este país contra alguien incómodo que no duda en escarbar pasados, cuentas y asuntos turbios. La ley la hace el poder dominante y no quiere que por sus resquicios se le vuelva en su contra.