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23 marzo 2010

Alguien está interesado en hundir a Tussam

Cada día que pasa estoy más convencido de que existe un interés oculto por derrumbar a Tussam, probablemente con la intención de privatizarla y que algún listillo pueda hacer su agosto mediante las correspondientes concesiones municipales de rigor.

Cuesta entender el apoyo que está recibiendo por parte de la corporación municipal una empresa como Lipasam, con mayor deuda que la empresa de transportes urbanos y generando muchísimos menos ingresos propios que ésta, y el encarnizamiento despiadado con el que se están cebando con Tussam.

Y que no me vengan con los cuentos de la buena pipa de que si las huelgas en feria y demás pamplinas a través de los voceros de turno en los medios de comunicación. Como ha quedado más que demostrado en diferentes artículos publicados en este blog, Tussam jamás ha hecho una huelga en feria. Sin embargo, en mi memoria sí se repiten imágenes del real atestado de basuras y desperdicios en alguna que otra ocasión.

Las plantillas de ambas son parecidas y su función social de la misma magnitud. Es difícil comprender entonces la diferencia de trato existente para con ambas.

Mientras en la empresa de limpieza no paran de hacer aportaciones y firman un plan de viabilidad que apenas supone recortes para los trabajadores, en Tussam las aportaciones menguan cada año, se incrementa el volumen y costo de sus servicios sociales y se cargan las cuentas con inversiones propias de multinacionales, todo con una finalidad rayana en la propaganda más que en la utilidad, y se trata de volcar todo ese peso megalítico sobre las espaldas de los trabajadores implantando a sangre y cuchillo un plan de viabilidad que supone una condena a muerte para la empresa.

Mientras el gerente de Lipasam, Rafael Pineda, presume de haber reducido en cinco el número de sus directivos para acoplarse al plan de austeridad, Arizaga, ese hombre, por no poder no puede ni presumir siquiera de haber ahorrado en papel higiénico y, no contento con ello, se dedica, a falta de mejor cometido, a pisotear sus propias instrucciones en su beneficio y al resto de sevillanos que les den. Arizaga, ese hombre, del único ahorro que entiende es el de viajeros, por eso se encarga cada año de incrementar notablemente el vertiginoso número de los que se pierden para siempre.

Y todo eso sin entrar a cuantificar la cantidad de millones que se le han inyectado a la empresa pública de limpieza en estos años para sanearla, mientras a Tussam se la ha sometido a un carrusel de gastos ciclópeos y a unas más que insuficientes aportaciones municipales. De la gestión de su patrimonio, tanto el físico como el humano, mejor ni hablar.

Debe ser por aquello del refrán de que unos crían la fama mientras otros cardan la lana, pero lo cierto es que en este tipo de maniobras se vislumbran sombras amenazantes que no pueden augurar nada bueno.



8 comentarios:

megustas dijo...

algo huele mal......!
haces bien en ponerle el foco de luz encima, suerte!!

Enrique dijo...

Está claro que con “ese homo” no hay más que hacer, es imposible que el Olmo de peras, aquí lo extraño es la inquina que desde el Ayuntamiento tienen, primero en crear un conflicto de la envergadura que lo hicieron enchufando a los amarillos, pasándose el convenio colectivo por los forros, luego manteniéndolo en el tiempo con una cosa o con otra, incumpliendo acuerdos, obligaciones y derechos de los trabajadores, provocando día sí y día también, finalmente utilizando el déficit de tussam para justificar la escabechina que pretenden hacer con los trabajadores. Todo apunta a lo que tú dices en el blog, nada es más cierto que a esta empresa se le ha tratado siempre como la hermana fea del cuento, refugio de políticos y sindicalistas fracasados, zona de descanso de ejecutivos inútiles pero amigos o pelotas de los que en algún momento han tenido o tienen poder. Esta pléyade jamás ha tenido que demostrar nada ante nadie, todos los excesos que cometen son bien visto y justificados, ni el más ligero empeño de esbozar algo que de vitalidad a la decadencia que arrastra y potencia las políticas de empresa que se practican en TUSSAM. Nada. Tu Grego bien sabes de los esfuerzos y transigencias que hemos hecho los trabajadores en los años que llevamos en la empresa, a pesar de ser tratados a puntapié, a pesar de haber sufrido desilusiones, engaños de uno y otro lado, sometidos y explotados, a pesar de todo eso seguimos apostando por la empresa pública porque sabemos quiénes son los responsables, sabemos quiénes son los caudillos de los escarnios y de la catástrofe y por ello tenemos que evitar a toda costa que les sean concedidos honores y méritos por llevar a cabo estas políticas del desastre.
Salud Amigo.

Anónimo dijo...

No entiendo que los trabajadores os negais a privatizar algunas líneas. Se perderían 130 puestos de trabajo por un lado pero se ganarían muchos puestos de trabajo por otro. Una gestión mas profesional en la que los que mandan se jueguen su capital tal vez ayudaría a levantar la empresa en vez de estos directivos con sueldos astronomicos que no hacen otra cosa que chupar del bote.

Andrés dijo...

El sueldo base de un conductor, ¿es de €2.300? ¿6 horas dirarias y un día de descanso a la semana?

Gregorio Verdugo dijo...

megustas: le pongo toda la luz que puedo, y si no le pongo más es por la cobardía agradecida de quienes callan de manera interesada.

Gregorio Verdugo dijo...

Enrique: sin palabras ante tu comentario. Se explica por sí solo.

Gregorio Verdugo dijo...

Anónimo: lo de oponerse a la privatización es una cuestión de principios. Yo al menos, entiendo que es perfectamente compatible que una empresa pública sea tan rentable o más que una privada, ofreciendo un servicio de mayor calidad y sin que eso tenga que suponer que sus trabajadores vivan en la miseria o en la esclavitud. Es cuestión de cómo se gestiona.

Gregorio Verdugo dijo...

Andrés: no tengo los datos exactos porque no soy conductor, pero si te refieres en bruto (es decir, sin los descuentos correspondientes) debe andar por ahí con todos los complementos incluidos. En cuanto a la jornada, estás en un error, son siete horas diarias y dos descansos semanales.