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07 enero 2010

La terrorífica simpleza humana

Lo del terrorismo de Al Qaeda y su extensión planetaria como una plaga roza ya la cualidad de lo divino. Su ubicuidad es tal que de tener en el punto de mira a un país determinado pasamos a tener a otro completamente distinto con la misma facilidad con que nos cambiamos de calzoncillos. A este paso nos despertaremos algún día apuntándonos a nosotros mismos, quizás con toda la razón del mundo, por idiotas.

Os dejo aquí los enlaces a varios artículos que se alejan del paroxismo que se genera con la inculcación temeraria del miedo que casi siempre practican los gobiernos y los medios y se preocupan más por acercarnos a esta realidad que de tan cambiante ya hasta marea.

En cuanto a los efectos irreversibles del miedo, este genial post de Enrique Meneses que demuestra a las claras que es infinitamente más fácil excluir que tratar de conocer al otro para buscar puntos en común.

Así de simples llegamos a ser los humanos.



2 comentarios:

i met you dijo...

Es curioso Jack el calendario indica el año +2010 de nuestra civilización católica apostólica y romana, en el científico los hominidos osease nos andamos por los 5 millones de años y es curioso que al leer este post se me vino a la cabeza una pregunta de 1º de carrera ¿ha terminado el ser humano su evolución? aún no he sido capaz de responder, por pudor, por miedo a la solución y sobre todo porque si así fuese el resultado sería lamentablemente desastroso.

Primates con miedos instintivos, primariamente salvajes y sumamente agresivos...

Supongo que dentro de otros 5 millones de años más o menos continuaremos como posesos paranoicos matando todo enemigo ubicado, desubicado o simplemente fantasmas que la siempre diosa guerra o industria armamentística invente...

Siempre se justificará la existencia del homo por la casualidad de algún hombre bueno que en vez de soñar con enemigos intenta ser un buen amigo.

bss

Gregorio Verdugo dijo...

i met you: no puedo estar más de acuerdo con tu reflexión. Espero que no haya concluido todavía esa evolución para que podamos albergar siempre una pequeña esperanza.
Un beso.