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07 diciembre 2009

Sevilla y los gases contaminantes

Los más cortos de vista de esta ciudad no dudan en criticar ciertas actuaciones en base a no se sabe qué ocultos intereses y sin ningún argumento de peso, puesto que resultan las medidas que más y mejores resultados ofrecen a corto y medio plazo.

Me refiero a las políticas que se están implantando de peatonalización, fomento del transporte público y el uso de la bicicleta como transporte alternativo, sostenible y eficaz.

Hay que tener poca conciencia ecológica y un menor grado de ciudadanía para atacar una transformación tan espectacular que ha colocado a Sevilla en el centro de todas las miradas del mundo, como modelo de una ciudad que se está adaptando a los tiempos sin perder el encanto de siempre y siendo cada vez más respetuosa con el medio ambiente. Si no nos sentimos orgullosos de esto, ¿de qué nos íbamos a sentir?

Hoy ha dado comienzo Cumbre del Clima de Copenhague, donde cientos de líderes del mundo se van a rebanar las seseras intentando llegar a un acuerdo efectivo de reducción de emisiones contaminantes que sean capaces de otorgar una oportunidad al planeta. No espero grandes cosas de dicho encuentro, ésa es la verdad.

Pero ya me gustaría que los allí asistentes tuvieran la misma determinación que el consistorio de una ciudad del sur de España que ha sido capaz de disminuir en los últimos cuatro años un 23% las emisiones de dióxido de azufre y de dióxido de nitrógeno y un 25% las de dióxido de carbono. Lo que ha significado dejar de emitir al año 141 toneladas de monóxido de carbono; 18,5 toneladas de monóxido de nitrógeno; 29 toneladas de hidrocarburos; 2.700 de dióxido de carbono; 1,7 toneladas de dióxido de azufre y 1,1 de partículas. Ahí es nada.

Y lo que te rondaré morena, porque sólo con la apuesta por un transporte público más sostenible (autobuses, metro, Metrocentro y carriles bicis) se elimina la emisión de 400.000 toneladas de CO2 a la atmósfera de Sevilla y su área metropolitana.

Dichas medidas han conseguido que Sevilla sea la única ciudad española de más de seiscientos mil habitantes que emite menos gases contaminantes que hace diez años. Aunque algunos todavía se atrevan a cuestionarlo, este modelo de ciudad comienza a ofrecer resultados que ya quisieran para sí otras ciudades del mundo.

Pero esto es Sevilla y aquí hay que negar a toda costa, a pesar de que la realidad nos desmienta. En algo se ha acertado en el centro de la diana, otra cosa es que convenga o queramos reconocerlo. Que para eso estamos en Sevilla.



2 comentarios:

ricbae dijo...

Tienes toda la razón. Yo soy mucho más feliz desde que en Sevilla hay esa magnifica red de carriles bici que muchos de nuestros conciudadanos no valoran. Y lo mismo digo de Sevici, aunque tenga sus problemas.

Un saludo

Gregorio Verdugo dijo...

Ricardo: estoy de acuerdo. El viernes por la noche la Avenida de la Constitución era un espectáculo, a rebosar de gente paseando y disfrutando de los artistas callejeros, los comercios, etc. Yo no la había visto en mi vida así, salvo en Semana Santa.