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08 diciembre 2009

El ABC de Sevilla de hoy decepciona


Lo voy a relatar a manera de anécdota, porque me parece significativa y bastante representativa.

Esta mañana, cuando me he acercado al quiosco de prensa del barrio, una señora de cierta edad expresaba enérgicamente sus quejas al quiosquero con un ejemplar de periódico en sus manos.

La señora en cuestión blandía al aire indignada el diario ABC de Sevilla y no paraba de despotricar ante la indiferencia milenaria del hombre apático que se ocultaba tras el mostrador. Al acercarme yo, posiblemente como consecuencia de la falta de atención que le prestaba su interlocutor, se giró hacia mí y, colocándome la tapa del periódico justo delante de mis narices, espetó en voz alta:

-Es que sólo quieren darnos por culo –dijo- Este día siempre ponen a la Inmaculada en la portada, pero hoy, para darnos por culo, sacan esto.-

“Esto” se refería a la imagen de la carta de los hijos de de la activista saharaui Aminatu Haidar solicitando ayuda para su madre, que ha renunciado a toda atención médica. Junto a la imagen de la carta caligrafiada sobre un papel cuadriculado aparece una fotografía de Aminatu.

Mientras miraba el rostro descompuesto por la indignación de la señora, se me vino a la mente aquella entrevista truncada que realicé a Braulio, un vecino antiguo del barrio que me dejó colgado con la grabadora y la cámara de fotos en una mesa playera de la asociación de vecinos, cuando le pregunté por los ajustes de cuentas personales que se realizaron en el barrio tras el inicio de la guerra civil.

Me cuesta comprender ese miedo ancestral al cambio, esa cobardía intrínseca del popular “al menos que me quede como estaba” que nos ha anclado más de una vez en los pantanales anacrónicos de la historia. El sevillano tradicional es muy así, reacio al cambio y apegado al pasado, a veces sin lógica ni razón alguna más que la cansina y cacofónica costumbre.

En Sevilla hay quien saca más a pasear las calles a las imágenes de vírgenes y santos que a sus propios hijos. Y todavía hay muchos que consideran que ese paseo idólatra es mucho más importante que la vida de una persona que está a punto de causarle a este país un conflicto internacional de impredecibles consecuencias. Los derechos humanos no tienen nada que hacer frente a un trozo de palo policromado y engalanado de joyas, terciopelos y encajes, que se pasea por las calles entronado para regocijo de los más fanáticos. Estamos en la Sevilla de las flores a María, la misma que se las niega, junto con el pan, a muchos mortales merecedoras de ellas.

Es ante este tipo de situaciones cuando más aprecio las palabras del Presidente de la Junta de Andalucía de que la educación es la mejor política económica.



4 comentarios:

Oscar dijo...

Gregorio, creo que el presidente de la Junta de Andalucía ha aplicado a su frase una restricción que limita innecesariamente el ámbito al que se refiere. En su frase "la educación es la mejor política económica", sobra la última palabra. Restringir su aplicación al ámbito económico es ver sólo una parte del problema.

Gregorio Verdugo dijo...

Óscar: puede ser, pero creo que la intención con la que la dice es muy clara y no deja de tener méritos pensar así hoy en una tierra como Andalucía.

megustas dijo...

la educación sin miedo, la educación con todos sus colores y matices, ver las cosas desde un lado, desde arriba, desde abajo, desde fuera y desde dentro y sobretodo ...viajar para comprender la verdad, los españoles son muy dados a decir que saben cómo son las cosas sin haberlas ni siquera vivido.
jack, gracias por tus artículos de opinión, educados y sin miedo.

Gregorio Verdugo dijo...

megustas: sólo digo lo que pienso y asumo siempre la posibilidad de que puedo estar equivocado, pero en mi mente el miedo no tiene cabida.