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05 noviembre 2009

El interruptor

Ramón Lobo

“Todos esperan que la máquina de la miseria se pare, deje de girar, para bajarse de ella y correr, pero ninguno de los que dan vueltas a los zumos, a las armas, a las corrupciones es consciente de que nadie excepto ellos puede detener el tiovivo. El problema es el interruptor. Averiguar donde está para apagar de una vez el dolor y rabia que fabrican la guerra.”

Más en “El niño que vende zumos de fruta

Se aceptan propuestas para regenerar la democracia, a ver si entre todos somos capaces de encontrar el interruptor que ponga término a tanta barbarie y tanta estupidez. Luego habrá que pulsarlo sin miedo, por supuesto.

¿Te apuntas?



2 comentarios:

Enrique dijo...

Las palabras que usan los políticos no suelen expresar con precisión las ideas o conceptos a que se refieren. Sucede con demasiada frecuencia que un mismo vocablo se usa para designar cosas muy diferentes. Entre otras razones, la política no es todavía una ciencia porque el lenguaje del poder carece de voces unívocas. Para poder ser partidario de algo hace falta que haya opciones reales de tomar partido sobre ese algo, sea para hacerlo nacer o para evitar que perezca. Deberíamos empezar por buscar las palabras que designen sin ningún tipo de dudas a unos y a otros, a partir de ahí sería mucho más fácil tomar partido para regenerar la democracia. Salud Grego.

Gregorio Verdugo dijo...

Enrique: no había pensado yo en eso de empezar por las palabras, pero tal y como está el patio, me parece una idea excelente y más que necesaria.